Bruselas supedita la entrada de Turquía al fin de la crisis en la UE
La CE aprobó ayer, tras un largo debate, el marco de negociación para el ingreso de Turquía en la UE, haciendo caso omiso de las voces en contra de continuar con la ampliación. Aun así, Bruselas enfatiza que la adhesión ya no depende sólo (ni tanto) de la preparación del candidato como de la situación interna del club.
La Comisión Europea sigue apostando por iniciar las negociaciones con Ankara el próximo 3 de octubre, una decisión que deberán ratificar por unanimidad los 25 Estados miembros, previsiblemente en septiembre. El marco de negociación a seguir a partir de esa fecha 'será el más estricto aprobado hasta ahora para ningún candidato', según señaló el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn.
El informe de la Comisión salió adelante a pesar de las crecientes presiones para congelar los procesos de ampliación que han surgido tras el descarrilamiento de la Constitución europea.
El presidente de la CE, José Manuel Barroso, y su vicepresidente, el socialista alemán Gunter Verheugen, defendieron sin ambages, según personas que siguieron el prolongado debate de ayer, la necesidad de respetar el compromiso adquirido con Turquía.
Aún así, el organismo comunitario comienza a destacar que la adhesión de Turquía depende también de la capacidad de absorción de un club que atraviesa una grave crisis institucional y política. 'Debemos tener en cuenta uno de los criterios que a menudo se olvida, que es la capacidad de la Unión para absorber nuevos miembros mientras mantiene el ritmo de integración europea', afirmó Rehn en rueda de prensa.
Para algunos gobiernos, el ingreso de 10 nuevos socios en 2004 y el previsto de Rumania y Bulgaria en 2007 ha desbordado ya esa capacidad. El poderoso y populista ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, ha pedido que se suspenda la ampliación de la UE 'al menos, mientras las instituciones no hayan sido renovadas'.
Y Alemania tiene previsto celebrar elecciones generales en septiembre con una probable victoria de los conservadores de Angela Merkel, reacios cuando menos a las negociaciones con Ankara. Su correligionario Elmar Brok, miembro del Parlamento Europeo, criticó ayer duramente la decisión de la Comisión de seguir adelante. 'Espero que algún Estado pare esta propuesta de la Comisión', confía Brok.
Otro motivo de disputa entre Londres y París
La Comisión Europea auguró ayer a Turquía un 'largo, tortuoso y difícil' camino en sus aspiraciones a ingresar en la Unión Europea. La etapa más dura que deberá superar de manera inminente es el previsible enfrentamiento entre Francia y el Reino Unido sobre la conveniencia de iniciar las negociaciones el próximo 3 de octubre. El primer ministro británico, Tony Blair, firme partidario de continuar con la ampliación de la UE, asumirá el próximo 1 de julio la presidencia rotatoria del club. Desde esa posición, defenderá con firmeza que Bruselas inicie los contactos con Ankara en la fecha prevista. Pero el presidente francés, Jacques Chirac, que como el resto de socios tiene posibilidad de vetar esa decisión, ha cuestionado ya la conveniencia de incorporar nuevos socios antes de contar con un nuevo Tratado de la Unión.