El Banco de España advierte que una caída del 10% de la vivienda restaría 0,8 puntos al PIB
El director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, ha afirmado hoy que si el precio de la vivienda se redujera un 10%, el efecto inmediato sería un recorte de ocho décimas en el crecimiento del PIB español.
En su intervención en una jornada sobre "la participación del sector financiero en el sector inmobiliario", organizada por el Instituto de Fomento Empresarial, Malo de Molina aclaró que se trata de un escenario "improbable", aunque demuestra la gran dependencia que tiene actualmente la economía española del sector inmobiliario, la más alta de toda la Unión Europea.
La vivienda, locomotora de la economía
El tirón del sector inmobiliario, la pujanza de la construcción y el crecimiento del empleo favorecido por ésta sustentan el dinamismo de la economía española, aunque también constituyen un factor de riesgo, debido a la sobrevaloración de la vivienda, que cifra entre el 24% y el 35%, y al elevado nivel de endeudamiento familiar, que supera ya el 100 por cien de su renta anual disponible.
Además, un encarecimiento del precio del dinero influiría directamente en el gasto familiar, muy comprometido ya por la compra de viviendas, como demuestra el hecho de que el 3,7% de los hogares españoles tienen una deuda que triplica su renta anual disponible.
A todo ello se suma e hecho de que el 98% de las familias tienen contratada su hipoteca a interés variable, por lo que una subida de los tipos afectaría "más que nunca" al consumo de los hogares, explicó.
Cuanto antes aterrice, mejor
Por eso, si se produjese un "ajuste brusco" del precio de la vivienda, una probabilidad que aumenta a media que crece la sobrevaloración que afecta a estos activos -como dijo la semana pasada en el Congreso el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana-, los efectos macroeconómicos serían inmediatos, no así los financieros, que tardarían algo más.
Sin embargo, Malo de Molina no quiso ponerse alarmista, ya que, según explicó, la sobrevaloración de la vivienda aún se puede reabsorber de forma ordenada, como ya ha ocurrido en España otras veces, aunque admitió que en el pasado la inflación era más elevada y bastaba con mantener los precios "dos o tres años" para volver a la normalidad.