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Automoción

Las acerías golpean al sector del motor al rechazar contratos de más de un año

Los fabricantes de coches y de componentes y repuestos perderán un mecanismo que les había protegido en buena medida de la volatilidad de los precios del acero. Las empresas siderúrgicas, lideradas por Arcelor y por Corus, han decidido no renovar los contratos a medio o largo plazo que blindaban el precio del acero que servían a la industria.

A partir de ahora, buena parte de las siderúrgicas limitarán la duración de sus acuerdos a un año. æpermil;ste es el caso de la compañía británica Corus, que incluso confirmó ayer a Cinco Días que aún no ha establecido los precios para los contratos con vigencia para 2006. Otras compañías como la franco-española-luxemburguesa Arcelor, que cuenta con numerosos contratos a tres años, han comenzado a renegociarlos para reducir su duración, según confirmó ayer la siderúrgica que preside Guy Dollé. Arcelor estima que uno de cada dos coches que se fabrican en Europa lleva puesto su acero. El 16% de las ventas europeas de Corus se la llevan grandes consorcios del sector como Volkswagen, Ford, Renault o Nissan.

La irrupción de China en el panorama industrial, unido a diversas incertidumbres económicas, han impulsado al alza el precio del acero. Sólo en 2004, el coste de este metal se dobló hasta aproximadamente 580 euros, lo que ha puesto en serios apuros a los fabricantes de coches y, sobre todo, a los de componentes. El estancamiento de las ventas en Europa y EE UU, además, no ha servido de ayuda, precisamente. Jon King, responsable de Corus Automotive, aseguró recientemente a la web Automotive News que el incremento en el precio del acero había encarecido en un 2% aproximadamente el coste de los materiales para un automóvil.

Una forma de protección para las marcas ha sido firmar contratos a largo plazo en el que se comprometen a comprar una cantidad determinada de acero a un precio constante, cualquiera que sea su oscilación. El presidente del fabricante alemán BMW, Helmut Panke, durante una visita a España en verano de 2004, se felicitó del contrato firmado con sus proveedores que había limitado al mínimo a sus aprovisionamientos. Pero esta situación va a cambiar.

Con contratos de aprovisionamiento más efímeros, la predicción de costes para los fabricantes de coches va a hacerse más difícil. Sin embargo, la peor parte se la llevarán, previsiblemente, los fabricantes de componentes para coches.

Las marcas de automóviles negocian con la de piezas contratos que, por lo general, abarcan más o menos el ciclo de vida de un modelo (que suele estar entre los cinco y los siete años). De esta manera, mientras el dinero que reciben de las marcas permanece invariado durante varios ejercicios, el precio que han de pagar por le metal que usan para sus piezas no deja de crecer.

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