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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Señales de alerta en el tráfico aéreo

Una concatenación de hechos hizo que ayer saltaran las alarmas en Barajas, al producirse demoras generalizadas tras dos semanas de retrasos continuos en el tráfico aéreo español. El aumento de las operaciones, la sobrecarga de trabajo de los controladores y la meteorología adversa están provocando colapsos en Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat. Los grandes centros aéreos del país sufrieron del jueves al domingo pasados uno de los peores fines de semana de los últimos diez años, con caídas en picado de los índices de puntualidad.

La 'configuración sur' en Barajas, por la que los aviones se ven obligados a despegar -deben hacerlo contra el viento- en la pista en que suelen aterrizar, es un imponderable meteorológico de difícil arreglo. Pero existen una serie de factores estructurales que no hay que pasar por alto echándole la culpa al tiempo. Sobre todo porque afectan a gran parte del tráfico español y coinciden con un aumento de éste.

Barajas y El Prat están desbordados. La tardanza en el estreno de las nuevas instalaciones ha convertido la situación en preocupante. Es urgente ponerlas en marcha cuanto antes y dotarlas con la misma rapidez de los medios técnicos y humanos necesarios.

A ello se suma el nunca resuelto problema de los controladores, que se manifiesta siempre en las temporadas de mayor tráfico. Faltan controladores. Es un hecho. Pero las soluciones adoptadas hasta ahora carecen de eficacia. Basar la respuesta a las puntas de tráfico en la 'ampliación voluntaria de jornada' -una forma eufemística de llamar a las horas extras-, no es la solución. Esa situación crea incertidumbre sobre los medios con que se puede contar y, además, puede llevar a un uso perverso como forma de presión. Hacen falta más plazas de controladores, y cuanto antes.

Un país no puede tener su transporte aéreo con problemas cada temporada turística. Y si, como España, tiene en el turismo su principal industria, es un suicidio económico. Las aerolíneas temen un grave colapso en la primera salida de vacaciones de verano, este fin de semana. Son episodios ya conocidos. Urge corregirlos para evitar males mayores.

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