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Elecciones en Galicia

La mayoría absoluta de Fraga depende de la emigración

Emilio Pérez Touriño conduce al PSG-PSOE hasta los 25 escaños, ocho más que en 2001, y le hace recuperar la segunda posición política en Galicia. El BNG de Anxo Quintana pierde cuatro diputados

El voto procedente de la emigración dirá dentro de una semana si Manuel Fraga, con 82 años a sus espaldas, continúa o no al frente de la Xunta de Galicia, a la vista de los resultados tan ajustados arrojados por las elecciones de ayer. El PP consiguió 37 escaños, uno menos de los necesarios para la mayoría absoluta, lo que coloca al candidato del PSG-PSOE, Emilio Pérez Touriño, a un paso de conseguir el Gobierno regional con el respaldo del Bloque Nacionalista Gallego.

En contra del pronóstico de las encuestas, Manuel Fraga, que aspira por quinta vez consecutiva a presidir la Xunta, obtuvo el 45% de los votos, rozando la mayoría absoluta. El PP es el triunfador en las cuatro provincias, pese a que pierde cuatro escaños con respecto a 2001. En cambio, el Partido Socialista gana ocho diputados autonómicos, recuperando la segunda posición que perdió hace cuatro años en favor del BNG.

La formación que lidera Anxo Quintana retrocede cuatro escaños y obtiene el 19% de los apoyos electorales.

Por provincias, el PP pierde un escaño en A Coruña, otro en Lugo, y dos en Pontevedra. La candidatura socialista obtiene dos diputados más en A Coruña, otros dos en Lugo, uno en Orense y tres en Pontevedra. El Bloque retrocede uno en cada provincia.

El escrutinio del voto emigrante no se conocerá hasta el próximo día 27 y, por tanto, cabe hablar sólo de resultados provisionales. No obstante, si el voto procedente del exterior no moviera ningún escaño (la diferencia puede estar en cerca de 7.500 votos), Emilio Pérez Touriño tendría ante sí el reto de formar gobierno con Anxo Quintana, un escenario ya previsto por ambos a la vista de las encuestas que manejaron durante la campaña electoral.

El candidato del Partido Socialista está a punto de cumplir 57 años y es natural de A Coruña. Profesor de Economía en la Universidad de Santiago, tiene una amplia experiencia en la Administración central, en la que ingresó en 1985 de la mano del entonces ministros de Transportes, Abel Caballero. El cabeza de lista del BNG, Anxo Quintana, de 45 años, educado en los jesuitas de Vigo, es natural de Allariz (Ourense), localidad en la que como alcalde logró el premio del Consejo Europeo de Urbanismo por su gestión medioambiental. Para combatir la imagen radical que el PP ha querido construir de él, durante la campaña electoral ha multiplicado sus contactos con los empresarios gallegos para explicarles los ejes de su programa económico, en muchos puntos coincidentes con el del Partido Socialista.

El PSG-PSOE y el BNG están de acuerdo en situar como prioridad de gobierno la disminución de la tasa de paro, ahora cercana al 13%, una de las más altas de España. En sus ofertas incorporan para ello la creación de 140.000 puestos de trabajo en los cuatro años de legislatura a través de un pacto por el empleo que implique a empresarios y sindicatos. Otros pilares de su programa descansan en la puesta en marcha de un plan estratégico que comporta un aumento considerable de la inversión en investigación y desarrollo, así como el compromiso de poner en el mercado suelo industrial para poner en el mercado una treintena de nuevos polígonos en distintos puntos de la geografía gallega. Quintana quiere hacer de la creatividad una industria potente para favorecer iniciativas emprendedoras que tomen como ejemplo los éxitos cosechados en las dos últimas décadas por importantes firmas del textil radicadas en Galicia.

Si el voto emigrante no cambia la situación, las elecciones de ayer pueden generar una nueva gestión política que entierra de alguna forma el modelo conocido en Galicia durante los 16 años ininterrumpidos de mandato de Manuel Fraga. El león de Vilalba pondría asi fin a un largo ciclo político que le llevó muy joven a colaborar con el régimen de Franco, más tarde a fundar lo que hoy es el PP y, finalmente, a batir un récord de permanencia al frente de un gobierno autonómico que sólo pueden superar Manuel Chaves en Andalucía y Juan Carlos Rodríguez Ibarra en Extremadura.

Doble desafío para Rajoy

Fraga fue uno de los primeros en advertir en campaña que la pérdida de la Xunta supondría un contratiempo considerable para el hoy líder del PP, Mariano Rajoy. Los resultados de ayer domingo colocan a Mariano Rajoy ante un doble desafío: el primero, evitar que el PP gallego salte por los aires en una lucha por la sucesión que, desde fuera del gobierno de la Xunta, sería cruenta y, el segundo, impedir que las tensiones que, sin duda, surgirán en el partido erosionen su liderazgo al frente del mismo. Rajoy acumula ya tres derrotas electorales desde que fue designado por José María Aznar presidente del PP. Si a ellas se sumara la pérdida de la Xunta, sería más que probable que se sintieran reforzados quienes, sin llegar a cuestionar su liderazgo, le presionan para que introduzca cambios en la cúpula nacional del partido para recorrer con mayor eficacia el tramo de legislatura que resta hasta las elecciones locales y autonómicas de 2007 y hasta las legislativas previstas para 2008.

El ex presidente del Gobierno José María Aznar llamó en la noche de ayer por teléfono a Manuel Fraga y a Mariano Rajoy para felicitarles. El presidente de la Xunta en funciones mostró su confianza en el voto emigrante para poder retener el Gobierno regional. El ambiente en la sede del Partido Popular era de una contenida alegría, puesto que se ha demostrado que la organización sigue fuerte en Galicia, uno de sus principales feudos electorales.

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