El voto exterior sólo modificó el resultado en las elecciones de 1997
El escrutinio del voto emigrante no se realizará hasta el próximo lunes 27, fecha en la que se conocerá el balance exacto de las elecciones celebradas ayer y, por tanto, si el sufragio que procede del exterior ha movido o no algún escaño en favor de uno u otro partido.
Según las cifras distribuidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tienen derecho a voto 305.017 emigrantes gallegos, más de la mitad de los cuales se reparten entre Argentina, Suiza y Venezuela. Su plazo para depositar la carta de voto en el correo finalizó el pasado sábado. Fuentes socialistas consideran que la debilidad del Bloque Nacionalista Gallego en la emigración puede perjudicar en esta ocasión a Emilio Pérez Touriño, ya que el reparto de los restos que se rige por la ley d'Hont podría beneficiar al PP.
Se calcula que en esta ocasión han votado alrededor de 150.000 inmigrantes -la cifra concreta no se conocerá hasta bien entrada la semana que viene- el doble que en las anteriores elecciones autonómicas. Hasta el viernes pasado habían sido contabilizadas ya más de 70.000 papeletas. Un dato a destacar es que las solicitudes de voto por correo han batido en esta ocasión todas las marcas de anteriores comicios, por lo menos desde las municipales de 1995, que son las últimas elecciones de las que ofrece datos el INE.
El voto exterior sólo influyó sobre el resultado final en las elecciones gallegas de 1997, en las que el PP se apuntó un escaño más por A Coruña en detrimento del Bloque Nacionalista.
Sin embargo, la secuencia de las últimas citas electorales demuestra que el voto emigrante se moviliza cada vez más. En las autonómicas de 2001, la participación fue del 25,5%. En las generales de marzo de 2004 subió al 27,8%, y en el referéndum del pasado mes de febrero fue del 25,6%. Tras las visitas de los principales candidatos a los países donde se concentra la emigración gallega, PSOE y PP esperan esta vez una participación superior al 35%, porcentaje que podría llegar a mover algún escaño.
En las últimas autonómicas gallegas (octubre de 2001), el 51% del voto emigrante fue para el PP, el 22% para el BNG y el 21% para el PSOE. Tradicionalmente, este voto ha favorecido al PP, si bien ahora el balance podría estar más compensado por la influencia que puede haber tenido el hecho de que el PSOE esté en el Gobierno central.
La experiencia demuestra que los emigrantes suelen votar al partido que está en el poder. En las últimas elecciones generales (marzo de 2004), el 43% de los emigrantes se decantaron por el PP pese a que en el recuento nacional el PSOE, hasta entonces en la oposición, fue mayoritario. En los comicios europeos, ya con el PSOE en el Gobierno, la emigración depositó su apoyo mayoritario en este último partido.