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Auditorías

Las empresas presionan a la UE para renegociar la directiva de auditoría

La reforma de la octava directiva pasa por momentos difíciles. A las reticencias de los profesionales de la auditoría, que están muy pendientes de cómo los cambios que introduzca la norma europea pueden afectar a su actividad, se unen las de los empresarios europeos, que ven con recelo la posibilidad de que se les impongan nuevas obligaciones legales.

Entre las cuestiones que incluye la reforma de la directiva se encuentra la de que todos los estados miembros obliguen a las empresas cotizadas a contar con un comité de auditoría presidido por un independiente. Un requisito que en España ya introdujo la Ley Financiera en 2002. Muchas empresas europeas se han mostrado contrarias a esta obligación. Y así se lo han hecho saber a la CE. Ayer mismo, una alianza que engloba a asociaciones empresariales de seis países de la UE (Austria, Chipre, Francia, Alemania, Grecia y Reino Unido), mantuvo una reunión con el ponente de la directiva, el holandés Bert Doorn y algunos miembros de la comisión del mercado interior, que preside el comisario irlandés Charles McCreevy.

Fuentes cercanas a la reunión aseguran que la oposición planteada ayer por los empresarios fue especialmente seria y muy agresiva y, aunque el de los comités de auditoría no es el punto fuerte de la norma comunitaria, la presión de los empresarios, especialmente de los británicos, podría hacer que se retrasara el calendario de aprobación, que preveía el visto bueno del Ecofin en julio para votarse en el Parlamento después del verano.

La alianza quiere implicar al gobierno británico en el asunto para lograr que los comités de auditoría sean voluntarios. Las apuestas que apuntan a que finalmente lograrán su objetivo están altas.

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