La Unión Europea decide aparcar la Constitución al menos un año
Dos semanas después del segundo y estruendoso no a la Constitución europea, los líderes comunitarios se rindieron ayer a la evidencia del fracaso del proyecto. La pausa para reflexionar se impone ya como única opción y se baraja que sea, al menos, de un año. Para compensar, hoy intentarán inyectar algo de vitalidad al club cerrando un acuerdo sobre los presupuestos de la UE para 2007-2013.
La voz de la calle dominó ayer, quizá por primera vez en la historia, un Consejo Europeo. Los 25 líderes comunitarios acudieron a su cumbre semestral en Bruselas atenazados por la responsabilidad de tener que dar una señal de comprensión y confianza. Una obligación cotidiana en la política nacional. Pero que a escala comunitaria se presentaba ayer como tarea titánica después de que una parte importante de la población se haya desmarcado del proyecto de integración continental.
La respuesta más inmediata pasa, según la opinión mayoritaria de los primeros ministros, por prolongar el proceso de ratificación de la Constitución europea. Y esperar, sin decirlo, a que en 2008 soplen nuevos vientos políticos en varias capitales europeas (París y Berlín, principalmente). Luxemburgo, como presidencia semestral de la UE, podría decantarse por una pausa de hasta un año de duración. Pero algunos incluso abogan por enterrar definitivamente el proyecto, aunque Alemania se resiste a esa opción. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, también afirmó que 'el único Tratado posible es éste' y abogó por mantener vivo el proyecto. La decisión definitiva podría llegar hoy o en un Consejo Europeo extraordinario convocado tras las elecciones de septiembre en Alemania.
Al cierre de esta edición los líderes europeos negociaban un texto de compromiso que, tras apoyar explícitamente el Tratado Constitucional, ratificado ya por una decena de países, daba un margen de al menos un año para reflexionar sobre su futuro. Por tanto, la Constitución entra en el congelador hasta que se despeje la situación política. Ayer, desde luego, ningún líder se mostraba dispuesto a exponerse al baño de realismo que han sufrido Chirac, y el primer ministro holandés, Jan-Peter Balkenende. Londres ha aplazado sine die su referéndum y varios países, con Dinamarca y Suecia a la cabeza, esperan suspender la ratificación cuando concluya mañana la cumbre. Copenhague, que había previsto su referéndum para septiembre de este año, pidió 'garantías' sobre la entrada en vigor del texto en su redacción actual. Una circunstancia casi imposible después de que Holanda comunicara ayer al Consejo que 'hay un consenso mayoritario en el Parlamento holandés para no ratificar el Tratado'. El plazo inicial previsto para la entrada en vigor de la Constitución, fijado en noviembre de 2006, quedaría así completamente desbordado, y sin fecha fija.
Chirac pide una reflexión para reconciliar a la ciudadanía con el proyecto europeo
El fracaso constitucional abre interrogantes respecto a la operatividad de las instituciones con el actual tratado de Niza y, sobre todo, puede poner en cuarentena las futuras ampliaciones de la UE. Los expertos comunitarios consideran impensable, al menos de momento, incorporar por consenso algunas de las reformas previstas en el nuevo Tratado.
'No hay ni se buscará una solución rápida', vaticinan fuentes comunitarias. Basta, según esas fuentes, con que el Consejo Europeo deje claro que la Constitución no puede entrar en vigor en estos momentos y que, sin entrar en disquisiciones sobre la salud del proyecto, se aparque el texto indefinidamente.
En cuanto al período de reflexión para evaluar las consecuencias de la victoria del no en los referendos de Francia y Holanda, una mayoría quiere dejarlo para después de las elecciones alemanas. Borrell sugiere ya como temas para ese debate 'las fronteras de Europa y el modelo de sociedad europeo'.
De momento, ayer los líderes comunitarios se olvidaban del carácter mesiánico que a menudo preside sus reuniones a puerta cerrada y buscaban con humildad 'nuevas razones para que el proyecto de la Europa ampliada vuelva a ser capaz de movilizar a los europeos', como resumió el presidente del Parlamento, José Borrell. El presidente francés, Jacques Chirac, protagonista de la reunión a su pesar, pidió 'una reflexión para reconciliar a los ciudadanos con el proyecto europeo' y se mostró partidario de 'convocar una reunión extraordinaria del Consejo para abordar ese problema'. La prudencia se impone ahora como consigna en todos los terrenos y, en especial, en la ampliación del club.
Los Veinticinco reiterarán hoy su voluntad de respetar los compromisos adquiridos con los candidatos que esperan a la puerta del club. Pero Rumania y Bulgaria, cuyo ingreso está previsto en 2007, empiezan a temer que no se cumpla el calendario. Y los mensajes son mucho más inquietantes para Turquía, Croacia y los países balcánicos, aspirantes a una futura adhesión.
La UE ya aplazó el pasado mes de marzo la apertura de negociaciones con Zagreb. Y podría hacer lo mismo el próximo 3 de octubre, fecha prevista para comenzar los contactos con Ankara. El período electoral en Alemania puede convertirse en una excusa ideal para aplazar cualquier decisión.
La sombra de Turquía
Borrell advertía ayer que tanto en Francia como en Holanda 'se ha votado más contra el contexto que contra el texto. Y ese contexto, a su juicio, está compuesto, entre otros elementos, 'por las ampliaciones ya aprobadas o anunciadas', como la de Turquía.