Hispasat, un activo estratégico
La junta general de accionistas de Hispasat, que se celebrará el 28 de junio, será decisiva para poner fin al bloqueo que sufre la compañía desde hace más de un año. La empresa ha estado todo este tiempo con un consejero delegado en régimen de 'prórroga' y el Gobierno español (que controla a través de diversas empresas un 30,48% del capital) está decidido a que su voz sea escuchada a la hora de decidir quién asume las labores ejecutivas. Para conseguirlo cuenta con el apoyo de otros accionistas españoles (BBVA y Telefónica), pero necesita consensuar con Eutelsat. La multinacional gala, con un 27,7% del capital, quiere gestionar de facto la empresa de satélites y aprovecha para ello tanto sus derechos de veto y tanteo, como la pasividad de algunos grandes accionistas españoles que no ocultan su deseo de abandonar la sociedad.
El Gobierno debe encontrar la manera de atraer al capital de Hispasat a socios para los cuales esta inversión resulte realmente estratégica (Abertis es quien más interés ha mostrado) y de vencer el bloqueo de Eutelsat para que puedan relevar a quienes desean marcharse.
Hispasat es un activo estratégico que no debería perderse. No sólo porque gestiona las comunicaciones del Ejército español y ofrece importantes servicios a empresas nacionales de todo tipo (cadenas de radio y televisión, redes VSAT de Correos o CHL, redes de control de las cuencas hidrográficas, etcétera), sino también porque sólo así podrá España seguir jugando un papel importante en la industria aerospacial. Sólo controlando de manera efectiva la compañía podrá garantizarse que el centro de control permanezca en Arganda del Rey (Madrid), que sus antenas sean fabricadas por CASA y los equipos de control por Indra, entre otros importantes retornos industriales que supone Hispasat para el conjunto del país.