Avance de España en Airbus
España ha conseguido elevar del 5% al 7,5% su cuota de participación en el Airbus 350, el nuevo avión de medio radio que construirá el consorcio europeo, un proyecto presupuestado en 4.000 millones de euros. Aunque no llega al 8% que reclamaba el Gobierno español, y menos al 10% obtenido en el anterior desarrollo del grupo, el gigantesco A-380, el salto dado en el A-350 es un éxito de las gestiones políticas y una muestra de confianza en la capacidad de las fábricas españolas. Y eso lo demuestra que haya sido un cambio de diseño, que incluirá nuevos materiales, la razón que ha facilitado el aumento de la participación española.
El argumentario a favor de la mayor presencia de España, y por tanto de su responsabilidad en las construcciones de Airbus, es extenso. España ha demostrado de sobra su apuesta decidida por los nuevos desarrollos y el Gobierno ha dejado claro que es 'trabajo' lo que España espera del consorcio. Y así se ha demostrado, lejos de luchas políticas por el poder en Airbus y su matriz EADS, como las que mantienen otros socios. El mayor peso en el A-350 tiene especial relevancia también porque es un aparato clave para Airbus. Está destinado a competir con el 787, que Boeing pondrá en el mercado en 2008 y con el que el grupo de EE UU prevé recuperar el liderazgo perdido ante el consorcio europeo.
El Gobierno español está en su derecho de emplear como arma de negociación la posibilidad de otorgar o no ayudas financieras a los proyectos de Airbus -siempre que éstas no violen las normas de competencia- para traer más carga de trabajo al país. Pero también es su obligación, y así lo ha hecho. Por los resultados, parece una estrategia eficaz. La defensa internacional de las empresas, sean públicas, como en el caso de Airbus, o privadas, es una responsabilidad en la que el Ejecutivo no debe bajar la guardia.