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CincoSentidos

Vacaciones en agosto, un modelo en cuestión

La flexibilidad se impone al organizar el descanso estival en las empresas. Las necesidades del negocio mandan

La factoría de Ford en Almussafes (Valencia), con más de 7.000 empleados, bajará la persiana y las cadenas de montaje quedarán en silencio durante el mes de agosto. Es un caso excepcional en las grandes empresas y más en las multinacionales, donde la tendencia es justo la contraria, la de repartir los periodos de descanso de forma que la producción no cese en ningún momento. Pese a que la dirección de la compañía automovilística ha puesto sobre la mesa de negociaciones del convenio la modificación del disfrute de las vacaciones, nunca se ha producido acuerdo. Así, la planta de Almussafes para un mes y con ella numerosas empresas proveedoras que trabajan casi en exclusiva para ella en el parque de proveedores anejo a la factoría.

El de agosto ha sido tradicionalmente el mes de vacaciones para millones de españoles. Lo sigue siendo para muchos empleados de determinadas actividades, que prácticamente se paralizan en los tórridos 31 días, ya sean los empleados de bares o comercios familiares de las grandes ciudades. Pero cada vez más el agosto español se parece al del resto del mundo. La globalización afecta también a las vacaciones. Y no se trata únicamente de una diversificación en los meses en que los empleados se van de vacaciones por turnos, sino de un cambio general que tiende a un modelo muy flexible, según reconoce Rita Moreno, adjunta a la secretaría de Acción Sindical de Comisiones Obreras.

'Los periodos de vacaciones dependen mucho de la actividad de la empresa y se negocian normalmente fuera de los convenios colectivos, donde sólo se suelen introducir cláusulas para que el trabajador tenga algo que decir a la hora de marcar los periodos en que se pueden coger esas vacaciones', señala Moreno. 'Por ejemplo, algunos convenios, ya sean sectoriales o provinciales, recogen que las vacaciones de verano se tienen que disfrutar entre junio y septiembre, evitando de esta manera que, por motivos de interés exclusivo de la empresa, se lleven a febrero', apunta la dirigente sindical, que recuerda que al final la organización del trabajo se negocia en el seno de cada una de las empresas.

Esta materia es motivo de choque entre sindicatos y patronales. La tendencia actual hacia una flexibilización de las vacaciones se basa en adecuarlas a la demanda de las empresas. El punto que rechazan los sindicatos es que ése sea el único criterio y que no se cuente con las necesidades de los trabajadores. 'Se trata de alcanzar un acuerdo en la accesibilidad a las vacaciones', apunta Moreno. Pero la dirigente de CC OO reconoce que en algunas negociaciones no queda más remedio que ceder para evitar situaciones peores. Las empresas de sectores en crisis, por ejemplo, o con dura competencia de países terceros acaban reclamando una flexibilidad en los horarios laborales que, de no existir, puede desembocar en el cierre.

Decisión local o global

Enrique de Mulder, presidente de la consultora Hay Group, introduce algunos matices. 'Hay que diferenciar dos grandes grupos. Para las empresas más internacionalizadas, con clientes en distintos mercados, agosto es un mes normal en el que cada vez se trabaja más. Sin embargo, también hay empresas con clientes locales que cierran en agosto porque ellos también lo hacen', explica.

Sin embargo, la tendencia mayoritaria es la primera. Un dato que aportan expertos consultados por este periódico es que normalmente las empresas de nueva o reciente creación ya no se plantean bajar la persiana todo un mes.

De Mulder apunta que también hay que diferenciar entre el perfil de la plantilla. 'Mientras que los trabajadores con convenio colectivo que trabajan en áreas con poca relación con el cliente siguen concentrando sus vacaciones en agosto, los directivos y los mandos intermedios tienden a dividir las vacaciones, de forma que se toman 15 días en verano, ya sea junio, julio, agosto o septiembre, una semana para Navidad y otra para esquiar, que es algo que cada vez se hace más', apunta el consultor. Partir las vacaciones es, por tanto, otra tendencia que sigue creciendo. 'En general, cuanto más joven, más cualificado y con mayor nivel de ingresos, más se tiende a partir las vacaciones', apunta de Mulder. Por el contrario, los perfiles de menor cualificación, más edad y nivel más bajo de ingresos tienden más a mantener el mes de vacaciones entero, ya sea julio o agosto.

La tendencia de dividir las vacaciones en dos o tres tramos se refleja claramente en un estudio realizado por CEOE sobre los convenios colectivos firmados en los últimos años. El 44% de estos acuerdos, que afectan al 55% de la masa laboral, recoge la posibilidad de fraccionar las vacaciones. El número de convenios en los que se prevé el disfrute por todos los trabajadores de las vacaciones en un mismo periodo apunta una caída en los últimos cuatro años. Si en el año 2000 el 28% de los convenios reflejaba esta obligación, en 2004 esta cifra se redujo hasta el 20%. Los datos y las tendencias en las mesas de negociación están a punto de jubilar el viejo cartel de Cerrado por vacaciones.

acuerdos Más días si el descanso no es en verano

La tradición de coger las vacaciones en verano es difícil de romper. Las empresas tienen que ofrecer algún aliciente a los trabajadores para conseguir que las vacaciones no se concentren en dos meses, lo que, inevitablemente, significará un descenso en la producción. Si bien, como recuerda Rita Moreno, de CC OO, en muchos casos a las empresas también les conviene que sus empleados disfruten de su descanso anual en un periodo de baja demanda, hay otros casos en los que las compañías requieren una flexibilidad en los periodos vacaciones que no merme su capacidad de reacción ante los vaivenes del mercado.El 18% de los convenios de empresa y el 6% de los sectoriales conceden al trabajador ventajas o incluso el aumento de días de vacaciones si los disfruta fuera de los periodos generales, según un estudio de CEOE. Es una manera de incentivar la flexibilidad y romper el hábito de concentrar la mayor parte de las vacaciones en verano.La elección del momento de disfrute de las vacaciones no siempre está en manos de los trabajadores. Sólo el 41% de los convenios sectoriales refleja algún derecho de opción del trabajador a la hora de escoger las fechas de sus vacaciones. Esta posibilidad, que reclaman los sindicatos, está aumentando. De hecho, en el 51% de los convenios de empresa ya se recoge, y el porcentaje ha aumentado seis puntos en cuatro años.

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