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Agricultura

La sequía costará al sector agrario unos 1.600 millones de euros

La escasez de precipitaciones golpea duro al campo español, que ya había sufrido el impacto de las heladas en el primer trimestre del año. A nivel general, ha caído un 60% menos de lluvias en todo el territorio que en 2004, y en algunas zonas, el descenso comparativo es aún mayor. El Gobierno ha fijado indemnizaciones por daños en 170 millones de euros, reducciones y exenciones fiscales y créditos bonificados para el sector.

Plegarias al cielo y ayudas al Gobierno. Apelando a las dos alternativas se encuentran por estos días los agricultores y ganaderos españoles, frente a las inclemencias del tiempo, deficitario en lluvias. Distintas asociaciones agrarias cuantifican las pérdidas que tendrá el campo por la sequía entre los 1.300 millones y los 1.900 millones de euros. El Gobierno, por su parte, elaboró un decreto-ley con medidas para el sector, y cifró las indemnizaciones por daños que pagarán las aseguradoras en 170 millones de euros.

La sequía ha provocado una situación difícil, que se suma a los efectos perversos ya provocados por las heladas a principios del ejercicio. Según COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), ambas pérdidas sumadas entre sí indican que el campo ya tuvo una sangría de 4.000 millones de euros. Sólo la sequía habría costado 1.800 millones de euros.

La cuestión no va a mejorar. El avance de tendencias elaborado por el Instituto Nacional de Meteorología (INM), indica que las temperaturas este verano serán 'ligeramente superiores a los valores medios normales', en el centro y sur. También advierte que hay 'una ligera tendencia a precipitaciones inferiores a las normales en la mitad oeste' de España.

La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) cuantifica los daños en 1.900 millones de euros. Y para la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), las pérdidas se sitúan alrededor de los 1.300 millones de euros.

Con todo, fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), confiaron que dichas cifras son 'poco exactas' sobre la situación actual del campo, y aseguraron no contar con cuantificaciones oficiales.

Para hacer frente a esta situación, el Gobierno, a través del Mapya, ha preparado un decreto-ley con medidas paliativas, entre las que destacan reducciones y exenciones fiscales, moratorias en los pagos de las cotizaciones a la Seguridad Social, créditos bonificados, apoyo al sistema de seguros agrarios y la modernización de los regadíos, entre otras.

El Gobierno también sale del país a pedir apoyos para el campo español: ha planteado ante la Unión Europea la solicitud de medidas de flexibilización de la Política Agrícola Común, así como la eventual aplicación del Fondo de Solidaridad Europeo. Sin embargo, según señaló la titular del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, para poder acceder a los beneficios de este último, es necesario el aporte, por parte de las comunidades autónomas, de datos concretos sobre el alcance de los daños producidos por la sequía.

Cultivos afectados

Los cultivos más afectados por esta coyuntura climatológica están siendo los de secano, especialmente la remolacha, el olivar y los cereales de invierno, aunque también la sufren los ganaderos: están soportando fuertes subidas de costes para alimentar a los animales, al tener que recurrir a piensos, ya que la sequía ha limitado los pastos con los pastos.

Existe gran temor sobre los efectos que tendrá la sequía sobre la evolución de los precios de los productos hortofrutícolas, que ya han comenzado a notarse. Entre la última semana de enero y la primera de abril las patatas duplicaron su precio en origen; la lechuga aumentó más del 50%; y los limones se elevaron cerca del 90%. Los precios de venta al público, por su parte, también variaron, aunque en menor medida. Lo anterior se vio reflejado en el IPC de abril: el índice nacional medido de manera interanual fue de 3,5%. Pero la rúbrica de alimentación no elaborada llega a un 3,8%.

Las zonas más afectadas

La escasez de lluvia ha castigado principalmente al suroeste de España (Andalucía occidental y Extremadura) y al nordeste peninsular (Cataluña y Aragón). Pero en el centro (Madrid y Castilla-La Mancha) también ha llovido un poco menos de lo normal. Y lo mismo sucedió en La Rioja, Navarra, Castilla y León y la vertiente cantábrica.Un ejemplo: durante el período estrictamente invernal, en la mitad sur de Castilla y León, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, norte de Andalucía y Aragón, las precipitaciones no llegaron al 25% de los valores medios, según consta en un informe elaborado por la asociación Asaja.Por su parte, UPA destaca a las provincias de Cádiz y Sevilla, donde el déficit pluviométrico ha superado incluso el 60%.

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