La parálisis política espolea una discusión sobre el futuro del euro
El empecinamiento de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y la presidencia de la UE sobre la necesidad de esperar hasta la cumbre del 16 de junio para dar una respuesta política a la victoria del no en los referendos de Francia y Holanda sobre la Constitución europea derivó ayer en una tremenda cacofonía declarativa, en la que incluso la supervivencia del euro fue objeto de controversia.
Los líderes europeos tuvieron que cerrar filas inmediatamente para defender la moneda única de las turbulencias políticas provocadas por su propia pasividad. Los mercados, curiosamente, permanecieron casi impasibles ante la tormenta. El euro cerró la semana con un retroceso frente al dólar de sólo el 2,9%, una pérdida que los analistas consideran dentro de los parámetros normales de su cotización.
El Gobierno italiano de Silvio Berlusconi, al que la Comisión expedientará la próxima semana por el descontrol de sus cuentas públicas, fue el principal responsable de azuzar ayer las dudas sobre la viabilidad del euro tras los batacazos de la Constitución en Francia y Holanda. Su ministro de Asuntos Sociales, Roberto Maroni, en una larga entrevista con el diario romano La Repubblica, abogaba por 'un referéndum consultivo para instaurar la doble circulación del euro y la lira italiana'.
El economista jefe del Banco Central Europeo, Otmar Issing, calificó enseguida de 'suicidio económico' para Italia una hipótesis de tal naturaleza.
'No tengo ninguna nostalgia de la lira, pero el pueblo está pidiendo ayuda a gritos', elucubra Maroni, miembro de la ultranacionalista Liga Norte. El ministro acusa en la entrevista al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, de ser 'el principal responsable del desastre' de la moneda única y define al euro como 'el hijo legítimo de un modelo europeo a cuyo fracaso asistimos con preocupación'.
'Nadie va a conseguir ya eliminar un logro que nos costó mucho conseguir', terció en defensa del euro el comisario de Economía, Joaquín Almunia, en unas declaraciones a la Cadena SER. Y su portavoz, Amelia Torres, se preguntaba en Bruselas si no sería mejor cerrar temporalmente la sala de prensa de la Comisión 'para no tener que comentar elucubraciones' como las del ministro italiano.
El titular alemán de Economía, Hans Eichel, también concedía una entrevista para desmentir una supuesta reunión con el presidente del Banco de Alemania (el Bundesbank) en la que ambos habrían abordado un posible resquebrajamiento de la zona Euro. 'Nadie toma en serio aquí esa posibilidad. No hay ni siquiera base para el debate', tranquiliza Eichel. Trichet, el día anterior, tachaba de 'absurda' tal posibilidad. Incluso Silvio Berlusconi se desmarcó ayer de las declaraciones de su ministro.
Pendientes de Blair
La parálisis institucional provocada por el no a la Constitución en dos países fundadores de la UE facilita tormentas como la provocada por Maroni. La Comisión Europea, el Parlamento Europeo y la presidencia de la UE siguen empecinadas en seguir adelante con las consultas pendientes, a pesar de que ayer se produjo un nuevo empeoramiento de los sondeos en los países que aún no han celebrado el referéndum.
En Dinamarca y la República checa, los muestreos ya arrojan una victoria del no. E incluso en Luxemburgo, país hasta ahora euroentusiasta, el sí comienza a perder terreno. Su primer ministro, Jean-Claude Juncker, que ocupa este semestre la presidencia de la UE, se declaró ayer dispuesto a dimitir si la Constitución tampoco obtiene el apoyo popular en el referéndum previsto para el 10 de julio. Juncker, estrecho aliado de Berlín, defiende junto al Gobierno alemán la necesidad de que todos los países concluyan el proceso de ratificación antes de noviembre de 2006.
Pero el Gobierno británico mantiene su intención de retirar el próximo lunes la ley presentada a la Cámara de los Comunes para autorizar la convocatoria de su referéndum. De confirmarse la decisión, el proceso de ratificación de la Carta Magna habría descarrilado definitivamente.
Otros gobiernos con consultas pendientes, como el danés y el portugués, indicaron ayer su inclinación a secundar una suspensión del proyecto, al menos temporal, si se decide por consenso el próximo 16 de junio. Pero la decisión amenaza con precipitarse bastante antes de esa cumbre.
Chirac y Shröder
El canciller alemán, Gerhard Schröder, recibe este sábado en Berlín al presidente francés, Jacques Chirac. Los dos buscan una salida pactada que demuestre el liderazgo del eje franco-alemán. Pero el proceso de ratificación de la Constitución depende ahora de la celebración o no del referéndum en Reino Unido. Schröder recibirá a Blair el día 13.