MasterCard prepara una tarjeta de radiofrecuencia
MasterCard presentará la próxima semana en Europa un nuevo modelo de tarjeta de crédito diseñada para los pagos de pequeño valor. Funciona de manera inalámbrica, gracias a una antena de radiofrecuencia.
El metálico se resiste. Pese a tener más de 2.000 años de antigüedad la moneda (y el billete) resultan difícil de superar, al menos en los pagos pequeños. Con el nombre de PayPass, el nuevo medio de pago que prepara MasterCard intenta sustituir al metálico en las transacciones que van de uno a 20 euros. 'La tecnología de PayPass no está destinada a acabar con las tarjetas actuales', dice Bruno Carpreau, vicepresidente asociado de MasterCard, 'sino de abrir nuevas oportunidades y de sustituir a los pagos en metálico'.
La nueva tarjeta es en realidad una versión mejorada de las actuales. Funciona de forma inalámbrica: cuando un usuario quiere abonar una compra, basta con que acerque la tarjeta a un lector. Incluso es suficiente con acercar la cartera (a menos de dos centímetros), sin sacar la tarjeta. A través de una antena de radiofrecuencia (RFID) que lleva incrustada, invisiblemente, se realiza el intercambio de información.
Las ventajas de este sistema es 'la rapidez y la comodidad', dice en una entrevista telefónica Bruno Carpreau. Las pruebas piloto realizadas indican que el tiempo para cobrar se reduce en varios segundos, un factor crítico en pequeños comercios con micropagos. Y para argumentarlo ponen como ejemplo el caso de McDonald's, que después de probar el sistema ha instalado el sistema en 4.000 de sus restaurantes de EE UU. Según Carpreau, los vendedores de la compañía logran reducir en seis segundo cada transacción, lo que se traduce en un aumento del 1% de los ingresos de la compañía.
Tanto el número de tarjetas bancarias como el de transacciones hechas con ellas no ha dejado de aumentar en la última década. Según un reciente informe del Banco de España hoy hay un total de 60 millones de tarjetas. Las de débito, por ejemplo, han pasado de 6 millones en 1996 a 30,57 millones en 2004.
Si para los usuarios el factor clave es la comodidad, para los negocios la ventaja, dicen, está en que la inversión para ofrecer el servicio es mínima si ya admiten el pago con tarjeta. Sólo necesitan comprar el lector de radiofrecuencia, mucho más barato que los lectores de tarjetas, y conectarlo al lector de tarjeta o la caja registradora.
Tecnologías fracasadas
PayPass no es la primera tecnología destinada a aniquilar al metálico. Hace unos años fracasó en España, pese a las grandes inversiones realizadas por los bancos, el monedero electrónico, y tampoco ha llegado a cuajar y generalizarse el uso del sistema MobiPay que permite el pago a través del teléfono. Las razones para el primero es que los comercios y tiendas debían invertir en nueva infraestructura, y era caro; en el segundo caso, el pago es un procedimiento engorroso, argumenta Juan Carlos Alcaide, director de Operaciones y Nuevas Tecnologías de MasterCard España.