'El 'no' es imposible de gestionar'
El Grupo Socialista del Parlamento europeo (201 escaños) se reunió ayer en la capital de Estonia, Tallin, para analizar entre otros asuntos el resultado de los referendos francés y holandés obre la Constitución europea. Desde el aeropuerto de esa ciudad, el líder de la delegación española, Enrique Barón, respondió por vía telefónica a las preguntas de Cinco Días sólo unas horas antes de que se cerrasen los colegios electorales en Holanda. Barón atribuye el triunfo del no a la incertidumbre que genera en los electores 'la tremenda transformación del planeta que estamos viviendo'.
Pregunta Francia ha votado no y los sondeos en Holanda auguran al mismo resultado. ¿En qué situación queda la Unión Europea?
Respuesta En una situación en la que haya que continuar con el proceso de ratificación de la Constitución, porque España y otros ocho países ya han ratificado el texto. El 49% de la población europea avala la Constitución.
'Nadie plantea que Francia deba dejar el euro; con las cosas de comer no se juega'
'Hay que seguir con la ratificación y el consejo de junio debe confirmar ese camino'
P ¿Pero qué sentido tiene pedir al electorado pronunciarse sobre un texto que ya ha sido rechazado en otros países y que difícilmente entrará en vigor?
R Todos somos iguales y el voto de unos ciudadanos no vale más que el de otros. Además, los compromisos políticos están para cumplirlos. Y los Veinticinco se comprometieron al firmar el Tratado a llevar a cabo el proceso de ratificación hasta octubre de 2006. Es entonces cuando hay que ver cuántos países apoyan el texto y cuántos no. Si cuatro quintas partes, o sea 20 Estados, están a favor, el Consejo Europeo deberá decidir qué se hace.
P Pero esa es una respuesta jurídica para un problema político...
R Es lo que se firmó. Y además está claro que la voluntad política a favor del proyecto existe, porque en los parlamentos, donde la gente conoce bien la naturaleza y alcance del texto, se está aprobando con el 90% de los votos.
P ¿A qué atribuye esa tremenda diferencia entre la respuesta de la opinión pública y la de la clase política?
R A que estamos viviendo un momento de cambios fundamentales en el planeta. Y la Constitución es precisamente eso, el marco que define cómo respondemos a ese fenómeno y qué hacemos juntos en el nuevo contexto mundial donde ya no sólo tenemos la competencia de EE UU, sino también la de China o India. Pero no es fácil de entender ni de explicar, porque el proyecto europeo de convivencia es, desde el principio, revolucionario. No hay precedente.
P ¿Qué lectura hace del no? ¿Se trata de una demanda de más Europa o de menos Europa?
R Los noes no son compatibles, ni sumables unos a otros, ni, mucho menos aún, gestionables. Está el voto nacionalista a ultranza de extrema derecha y el voluntarista de quienes dicen estar a favor de Europa pero quieren tanto que al final se quedan con nada.
P El lunes afirmó que la victoria del no era un problema francés. ¿Sigue pensando lo mismo?
R Por supuesto, es Francia la que debe resolver el problema. Y si en Holanda gana el no, corresponde a los holandeses resolver su problema. Por supuesto, los demás también debemos reflexionar sobre cómo hacer frente a la situación. Pero la principal responsabilidad corresponde a los países que tienen dificultades en ratificar el Tratado.
P Pero los países que tienen pendiente una consulta están reclamando un gesto claro del Consejo Europeo sobre la continuidad del proceso de ratificación, y amagan con suspender sus referendos si el 16 y 17 de junio no obtienen esa señal.
R Coincido totalmente con el presidente del Consejo, Jean-Claude Juncker, en que hay que continuar el proceso y que el Consejo de junio debe confirmar ese camino. Y ya tenemos precedentes sobre respuesta ante la victoria del no en otros referéndum, como en Dinamarca en 1992 o en Irlanda en 2001. Y todos sabemos lo que ocurrió entonces los dos países, repitieron el referéndum y el sí permitió aprobar el Tratado de Maastricht y el de Niza, respectivamente).
P ¿Puede sufrir la unión monetaria con el interrogante que los no han abierto en el proyecto de unión política?
R Lo que es importante es que, desde hace seis años, el euro es una realidad pese a los analistas y estudiosos que se empeñaron en que era imposible crearlo y en que, caso de hacerlo, sería un fracaso. En estos momentos, precisamente, el euro nos sirve de escudo en el contexto mundial.
P ¿No se ha abollado el escudo con los golpazos de Francia y Holanda?
R En absoluto. ¡¿Por qué?! Estamos en democracia y hay que aceptar el resultado de la consulta, sean los que sean. Además, a pesar de todas las barbaridades e irracionalidades que se han oído en la campaña francesa, a pesar de todas las medias mentiras y contraverdades, no he escuchado a nadie que planteara la salida de Francia del euro. Nadie. ¿Por qué? Porque con las cosas de comer no se juega.
'Me preocupa la reacción defensiva de la juventud'
Enrique Barón, como muchos otros líderes políticos europeos, ha participado activamente en la campaña por el sí a la constitución en el referéndum francés. En el bando contrario se ha encontrado, según sus palabras, 'con la ultraderecha nacionalista de Jean-Marie Le Pen, el populismo de De Villiers, la indisciplina de una parte del partido socialista que no respetó el resultado de un referéndum interno, y todo ello, sumado a la tradición nacionalista que caracteriza a la mayoría de los partidos políticos franceses'.'La campaña holandesa, en cambio, ha estado mucho más centrada en el ámbito local, sin la presencia de políticos de otros países', compara el europarlamentario español. En el caso holandés, lo que más le ha llamado la atención y preocupado ha sido 'la reacción defensiva de una parte de la juventud. No lo entiendo'.Enrique Barón no cree que sea un síntoma general de las nuevas generaciones europeas 'porque miles de jóvenes se trasladan cada año a estudiar de un país a otro gracias a las becas comunitarias del programa Erasmus'. Pero advierte que 'hay una tendencia preocupante de reticencia ante el proyecto europeo y conviene que no se extienda'.