Los expertos descartan la plena integración de la banca minorista europea
La integración financiera europea transcurre a un ritmo y por una vía muy distinta a lo esperado. El Centre for Economic Research (CEPR) advierte en su último informe sobre el peligro de forzar operaciones con 'barreras naturales'.
La integración bancaria europea está muy por debajo de las expectativas generadas con la introducción del euro y los esfuerzos en la liberalización del sector financiero. De hecho, la banca minorista y de empresas presentan las mayores dificultades para su integración, y es la banca de inversión, los mercados de bonos y el capital riesgo, los segmentos preferidos para las operaciones transfronterizas. Esta es la principal conclusión del informe presentado ayer por la Fundación BBVA realizado por el CEPR, que descarta la plena integración de la banca minorista, y que apunta que el 64% de las fusiones europeas se han producido en los mercados nacionales. Estos bancos son conscientes de las ventajas de la dimensión -de hecho el tamaño medio se ha duplicado en los últimos seis años-, y aunque se auguran nuevas operaciones de fusión, incluso con entidades de negocios complementarios, como aseguradoras, será esencial el papel que jueguen los reguladores de Competencia nacionales, según señalaron Xavier Vives y Jordi Gual, coautores del estudio.
'La integración bancaria no es un fin en sí mismo', apuntó Gual. 'El objetivo debe ser facilitar el acceso al mejor precio y eso llevará a la integración'. Es por ello que 'no se debe forzar la integración de determinados segmentos que de forma natural muestran resistencias', en referencia a las barreras no sólo culturales sino también fiscales o comerciales. 'Los factores específicos de cada país son más relevantes de lo inicialmente supuesto', señala el informe.
Los expertos, sin embargo, son contundentes al rechazar argumentos de nacionalidad como excusa para mantener barreras artificiales, como en el caso de las opas del BBVA y ABN Amro sobre entidades italianas, en los que alabaron el papel que está jugando la Comisión Europea.
El CEPR destaca además, la importancia de la penetración en los nuevos países de la UE así como el alto nivel de integración en capital riesgo y las habilidades de gestión que este aporta. España, se sitúa como uno de los principales importadores de capital con una gestión local.
Reconocimiento mutuo entre supervisores
Los expertos del CEPR destacaron ayer la importancia del 'reconocimiento mutuo' entre los supervisores europeos para facilitar el flujo transfronterizo de capitales, en el sentido de que cada entidad esté supervisada en su país de origen. El informe recomienda, además, eliminar las barreras existentes mediante instituciones que garanticen la normativa de servicios financieros, la creación de agencias de supervisión que coordinen las actividades transfronterizas y sean capaces de 'decidir que hacer en el caso de crisis financieras'. También destaca la importancia de reforzar la coordinación entre supervisores y el fortalecimiento de la política de Competencia en los países, para prevenir la discriminación contra la actividad transfronteriza.