Enel vende Wind, la Auna italiana, por 12.140 millones
Enel lleva años intentando vender Wind, pero la casualidad ha provocado que la operación se cierre en pleno proceso de desinversión de Auna, la homóloga nacional de la italiana. La comparación es inevitable y la conclusión es que se ha pagado menos por Wind -12.140 millones- de lo que se pide por Auna, y eso que la primera es mayor.
Los caminos de Wind y de Auna no son paralelos, pero están muy cerca de serlo. La hasta ahora filial de Enel es el segundo operador integrado de Italia, es decir, tiene fijo, móvil e Internet. En telefonía celular es el tercero de la clasificación y compite, al igual que Amena, con el ex monopolio y con Vodafone.
Sus accionistas fueron en un principio inversores con ánimo de diversificación y otros entendidos en el negocio. Auna tenía a Telecom Italia, mientras que Wind contaba con France Télécom y Deutsche Telekom. Diversos acontecimientos terminaron con el mismo resultado, los socios tecnológicos se fueron y los ajenos al negocio se quedaron. En el caso de Wind, Enel -una eléctrica- cuenta con el 100%.
Los socios han mantenido su inversión durante los duros años de la crisis de telecomunicaciones y cuando el lastre de la filial tecnológica era más difícil de soportar, por las pérdidas y los desembolsos necesarios. Ahora, con la llegada de la bonanza y cuando las compañías ya están encarriladas, ha llegado el momento de vender.
La egipcia Sawiris culmina la compra tras meses de negociaciones
Enel lleva años intentándolo para concentrarse en su negocio de gas y electricidad, aunque después de invertir 13.000 millones en Wind no tenía intención de hacerlo a cualquier precio. Tras meses de negociaciones, el comprador ha sido el mejor colocado desde el principio, el financiero Naguib Sawiris, dueño del conglomerado de telecomunicaciones, hoteles y construcción Orascom y miembro de la familia más rica de Egipto.
La valoración total de Wind que implica la operación es de 12.140 millones, que incluye una deuda de casi 7.000 millones. Enel recibirá 3.000 millones en efectivo por un 63% de su capital, mientras que el 37% restante se condiciona a una opción de compraventa que podrá ejecutarse a partir de 2006.
De la importancia de la transacción da idea el hecho de que es la mayor compra apalancada de Europa y la segunda del mundo después de que KKR se hiciera con RJR Nabisco en 1989.
Pero también tiene otra ramificación importante que convierte la venta de Wind en clave para las telecomunicaciones españolas. Su parecido con Auna es indudable y el hecho de que la italiana tenga ya precio y la española no es una pista importante. Partiendo de que cada negociación es un mundo y que hay muchos condicionantes que determinan una valoración, lo primero que puede decirse es que Wind ha valido menos de lo que los accionistas de Auna piden por su empresa, y eso que la italiana es más grande.
Su valor ha sido de 12.140 millones, mientras que el Santander tildó de 'claramente insuficiente' la oferta de 12.500 millones que, posiblemente, ha hecho KKR por Auna. Sobre la mesa hay otras dos propuestas de compra, pero son parciales.
Wind es más grande que Auna porque factura más y tiene un Ebitda superior. Si se aplicaran a Auna los múltiplos que se han pagado por ella el precio de la española oscilaría entre 9.000 y 11.000 millones. Wind también tiene más clientes en general, aunque la mayoría de ellos son del nunca fiable del todo negocio de Internet. Al margen de ello, el número de abonados de móvil es superior al de Amena, como también lo es el de fijo, si bien los de Auna son de mayor calidad.
La operadora española, sin embargo, gana en rentabilidad -Wind sigue en pérdidas-, en menor necesidad de fondos, si se atiende a la inversión, y en endeudamiento. En cualquier caso, Auna no tendrá precio hasta que un inversor se lo ponga y sus socios lo acepten.