Unas Bolsas eficientes
El poder de los accionistas es decisorio. Sobre todo cuando éstos son de envergadura. Así pudo verse en la última crisis de la Deutsche Börse, con la destitución de su presidente, Werner Seifert. Y así también se perfila en el mapa bursátil europeo.
El caso de la Bolsa de Fráncfort y del Euronext lo pone de manifiesto claramente, ya que grandes fondos de inversión son los principales accionistas de ambas sociedades, aunque sus participaciones precisas no se conozcan. Y ellos serán quienes decidan en qué momento y de qué manera esos dos mercados pueden fusionarse.
Si el proceso de unificación europea hizo pensar que la tendencia hacia un mercado bursátil continental se daría más o menos naturalmente y empujados por el poder político, los hechos han demostrado que quienes deciden son los privados y que el camino es más largo de lo previsto, aunque en favor de la eficiencia.