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Tribuna
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El talento en la banca

Las entidades financieras españolas se encuentran entre las mejor preparadas de Europa ante los retos de integración y globalización de los mercados. Claro reflejo de ello son las últimas operaciones protagonizadas por el Grupo Santander sobre Abbey Nacional y la que tiene en curso BBVA sobre BNL. Para llegar a esta situación, los bancos han estado preparándose en profundidad desde 1994, atacando el excesivo peso de los costes y mejorando sustancialmente el nivel tecnológico. El sector financiero español ha llevado a cabo una modernización del modelo bancario utilizando la tecnología como palanca de cambio que le ha posicionado entre los más solventes y eficientes del continente.

Recientes encuestas confirman que los altos directivos bancarios europeos consideran a los bancos españoles dotados con las mejores capacidades tecnológicas de Europa. Estas capacidades son utilizadas como elemento estratégico para reducir costes, incrementar el servicio y la capacidad comercial y soportar de un modo global la relación con el cliente.

El proceso modernizador de la banca española, que durante los noventa contempló importantes fusiones de índole nacional y la expansión en Latinoamérica cuando el mercado doméstico se quedó pequeño, se ha llevado a cabo con equipos humanos jóvenes y altamente cualificados, tanto internos como externos. Estos equipos conformaron un perfil profesional específico: un perfil dual que conoce por un lado el funcionamiento en profundidad de la industria y del negocio y por otro los elementos de la tecnología necesarios para garantizar ese funcionamiento de modo eficiente.

Los perfiles duales de alta cualificación fueron desarrollados por jóvenes titulados en carreras financieras o técnicas que en el desarrollo profesional y soportados por sus compañías han ganado la experiencia complementaria (funcional o técnica) en su propio puesto de trabajo y con las medidas formativas adecuadas. Estos perfiles duales constituyen un estamento laboral específico altamente valorado por el mercado por su capacidad de conectar a los elementos generadores del negocio con los elementos capaces de ejecutar la operativa necesaria para soportarlo. Sin ellos no hubiera sido posible que las entidades financieras ejecutaran sus planes de negocio y crecimiento que les han llevado a su posicionamiento actual.

En este proceso la banca española ha contado con el apoyo incondicional de sus socios tecnológicos (consultoras y empresas de tecnología) que han sido una fuente fundamental de recursos con perfil dual y que aportaron una metodología industrializadora que permitió mayor eficiencia en el análisis, definición y desarrollo de las líneas de mejora de costes y de negocio basadas en la tecnología.

No obstante, pese a su importancia dentro de las entidades financieras, este perfil dual no ha tenido para la industria bancaria una concreción en el ámbito académico como fuente de recursos que nutriera las necesidades de las empresas. Por ello tanto los bancos, como sus socios en el proceso, han mantenido y mantienen esa necesidad de preparar y formar por ellos mismos equipos multidisciplinares con conocimiento de la industria y con conocimiento de la tecnología que permite soportarla.

En la actualidad se mantiene en alto la demanda de perfiles duales para soportar la posición de liderazgo de la banca española. Posición que tiene una importante base en la tecnología y en tres elementos que la banca debe seguir impulsando: su capacidad para conseguir captación y vinculación rentables, su mejora continua en costes y eficiencia y su agilidad y flexibilidad para adaptarse a los cambios, tanto regulatorios como aquellos que exige el propio mercado.

En estos momentos nos encontramos con una fuerte demanda de experiencia y conocimiento que permita adaptarse a las nuevas exigencias que traen los acuerdos de Basilea en materia de Riesgos y de la Nueva Normativa Contable Internacional (AIS); demanda de experiencia y conocimiento que permita adaptarse a los nuevos modelos de relación con el cliente (la oficina bancaria del futuro o la consolidación de internet como canal bancario), y demanda de experiencia y conocimiento para los continuos procesos de integración, que permitan obtener las sinergias que ofrece el tamaño y las posibilidades que presentan la diversificación tanto geográfica como de negocio.

Y esta demanda mantiene como punto crítico la dualidad del perfil para poder llevar a cabo las adaptaciones prácticas necesarias sobre la base del conocimiento profundo de la industria. Dualidad del perfil que aplique las mejores prácticas del negocio a las nuevas exigencias del mismo.

La banca española mantiene la demanda con un incremento del 23% en sus inversiones en nuevos desarrollos según un reciente estudio de Accenture. Según el mismo estudio el 60% de los recursos que lo llevan a cabo pertenecen a las empresas que colaboran con las entidades financieras en el camino del éxito en su negocio.

Nuevamente las entidades financieras españolas y sus socios están a la búsqueda del talento que les permitan mantener sus posiciones y asegure las mejores perspectivas de futuro tanto para las compañías como para las personas.

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