Francia pone cerco legal a los abusos de los directivos con sus sueldos y premios
Las condiciones del cese del ex presidente del grupo Carrefour han levantado un nuevo aire de polémica en Francia, que el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, acuciado por el próximo referéndum sobre la Constitución Europea, se ha apresurado a asfixiar con un solo gesto. Daniel Bernard, que abandonará el gigante del sector alimentario, dejará la compañía una vez embolsados hasta 29 millones de euros, el cálculo hecho por el grupo tras contar las indemnizaciones de salida (9,8 millones de euros) más una pensión complementaria equivalente al 40% de su antiguo salario.
Las quejas de los accionistas se unieron la semana pasada a las reticencias del Gobierno sobre una espinosa cuestión en Francia, donde todavía está viva la polémica por el 'paracaídas dorado ' de 20,5 millones de euros exigido por el antiguo máximo ejecutivo de Vivendi Universal, Jean-Marie Messier.
El ministro de Economía, Thierry Breton, anunció el pasado sábado en una entrevista en la cadena privada de televisión TF1 una enmienda sobre las remuneraciones patronales, en el marco de una próxima ley sobre la modernización de la economía, prevista para junio.
La enmienda en cuestión obligaría a las empresas a someter todo tipo de remuneraciones excepcionales (primas e indemnizaciones de partida, compensaciones de jubilación) al voto de los accionistas reunidos en asamblea general. Un paso significativo teniendo en cuenta los intentos fallidos del comisión de investigación parlamentaria creada hace un año y medio con vista a acotar las remuneraciones de los dirigentes de las grandes empresas galas. A la 'emoción' que suscita en el electorado estas 'sumas tan extravagantes', según Breton, ha seguido una lluvia de reacciones positivas, sobre todo de parte de asociaciones de pequeños accionistas, que consideran la iniciativa del Gobierno 'un primer paso'.
Al contrario, el actual presidente del partido UMP (hoy en el Gobierno), Nicolas Sarkozy, dejó entrever en la iniciativa un posible freno al riesgo de las empresas en la toma de decisiones.
El actual ministro de Economía llegó a su puesto desde la presidencia de France Télécom, cargo que dejó sin cobrar indemnización alguna.