La revolución del accionariado
Los pequeños accionistas en conjunto son los principales accionistas en gran parte de las sociedades cotizadas, pero esto no tiene reflejo en su actividad. El autor se incorpora al Debate Abierto en Cinco Días sobre la aparición de nuevas asociaciones para defender a los minoritarios
Los accionistas minoritarios en conjunto son, en la mayoría de las sociedades cotizadas, los principales accionistas, tienen porcentajes más importantes que cualquier fondo o consejero. Pero la importancia de los minoritarios no tiene reflejo alguno en la realidad. Sin embargo, por primera vez se dan cita varios factores que harán posible lo que el profesor Javier W. Ibáñez, de la Universidad de Comillas, denominó 'la revolución del accionariado'.
Accter.com, la Asociación de Accionistas de Terra, desde 2002, es pionera y líder en la defensa de los minoritarios en nuestro mercado, gracias a sus importantes bases de asociados. Como organización auténtica de minoritarios planta cara a los planes de la presidencia de Telefónica y le obliga a realizar artificios para intentar una de sus obsesiones: eliminarnos a sus socios en Terra para que no le reclamemos lo que se nos vendió, el negocio de internet del grupo Telefónica. Accter, en la junta de accionistas de 2004, era el máximo representante de capital después de Telefónica. Su trayectoria no deja dudas sobre su independencia, lo que le ha supuesto la confianza incluso de minoritarios de otras sociedades.
Hace casi un año propuse a minoritarios de otras sociedades y algunos expertos un proyecto de federación de asociaciones de minoritarios. El proyecto, lógicamente mucho más importante que Accter, ya está preparado, y lo presentaremos oficialmente en unas semanas. Un fenómeno sin precedente en nuestro mercado: nada menos que 11 asociaciones de accionistas minoritarios componen ya, antes de presentarse, esta federación, que estará gobernada por auténticos minoritarios.
A los minoritarios organizados se une ahora otro factor crucial: la Administración se propone conducir el mercado al 'buen gobierno'
Cuando pregunté a la anterior cúpula de la CNMV sobre la revolución del accionariado y el amparo de la CNMV al minoritario y me contestó que 'revolución suena a algo violento; no me gusta: si quieren ustedes defender sus intereses, acudan a las juntas de accionistas como prevé la ley', entendimos que nada teníamos que hacer.
Pero hoy, en la CNMV, el 'talante' ha cambiado. Ya tenemos un importante factor. Los minoritarios seriamente organizados, al que ahora se une otro crucial: que la Administración se propone conducir nuestro mercado al 'buen gobierno'. Pues felicito a don Manuel Conthe y le animamos en sus pretensiones. Que no se queden en simples anuncios, porque es tarea ardua modernizar un mercado casi feudal, con tal influencia en tan pocas manos, que ofende al ideal de soberanía democrática.
Antonio Alonso Ureba, no hace mucho, me dijo: 'Yo estoy de acuerdo contigo Julián, y en lo del voto electrónico tienes razón, pero tenemos dificultades técnicas', y me habló sobre los supuestos problemas para implantar el voto electrónico. No tengo queja del trato personal siempre amable del secretario de Telefónica, aunque 30 días más tarde nos lanzaran una fusión para eliminar Terra. Pero supongo que convendrá el lector en que si Ureba realmente estuviera de acuerdo, la situación sería muy distinta en Terra, y en el propio mercado.
La reforma del mercado a la que asistiremos sería mucho más fácil si la apoyara Telefónica, pero todavía no tenemos constancia de que vaya a ser así. Sí tenemos sociedades, consejos y consejeros que están de acuerdo en que deben cambiar muchas cosas y nos apoyarán dando la bienvenida a esta revolución como una justa reforma y ayuda en el gobierno de las sociedades.
La revolución del accionariado ha empezado, no tiene ya posible parada. Nos sobrepasará a todos. La actual Administración no frenará esta revolución, y quienes mandan hoy en nuestras grandes sociedades, ¿que harán? Una minoría se atreverá a apoyarla, anticipándose a lo que hará la mayoría tarde o temprano. Y otros se resistirán, los menos, pero los más poderosos disponiendo del dinero de los accionistas. Estos son los que ahora presionan para que nos censuren, los que envían espías, los que crean falsos y serviles minoritarios para intentar neutralizar y controlar el fenómeno.
A éstos les pedimos que dejen de hacer el ridículo ante los minoritarios y el mercado en general. Nadie puede oponerse a este fenómeno, a esta revolución que arrollará a los presidentes y consejeros que intenten oponerse a ella: éstos tienen casi preparado el finiquito, que esta vez quizás no será tan millonario como otras. Estos, que no lo olviden: nosotros, los pequeños accionistas, hemos permitido el poder que tienen; nosotros podemos quitárselo.