_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El necesario salto europeo en I+D

La UE se ha propuesto invertir en investigación y desarrollo al menos el equivalente al 3% de su PIB -un tercio, de fondos públicos- para colocarse al nivel de sus principales rivales económicos (EE UU, con el 2,8%; Japón, el 3,1%, o Corea del Sur, el 2,9%). Los Veinticinco, una vez más, han puesto plazo al reto: 2010. Pero las cifras indican que, al ritmo actual, en esa fecha apenas se llegará al 2,5%.

La Comisión Europea propone ahora un último empujón desde el presupuesto comunitario, y doblar los fondos europeos para I+D. De los 4.000 millones anuales se pasaría a 10.000 millones en 2007. La inyección hasta 2013 de 70.000 millones del Presupuesto de la UE elevaría la inversión pública en I+D casi al 1% del PIB, dejando el resto del envite a la respuesta del sector privado. Bruselas asegura que con una señal de confianza de esa magnitud las empresas acudirán al reclamo.

La iniciativa es saludable, y la ambición debería imponerse a los obstáculos políticos propios de una negociación presupuestaria en la que arrecian las voces a favor de la austeridad. La Unión no puede permitirse seguir perdiendo terreno respecto a EE UU en áreas tan trascendentales como las nuevas tecnologías, la biotecnología o la exploración espacial.

EE UU incrementó entre 1994 y 2000 un 40,5% su presupuesto en I+D. Y el año pasado, tras un período de recortes, invirtió 225.000 millones de euros, 130.000 millones más que la UE. Europa debe responder al desafío y movilizar los recursos disponibles, entre ellos, una parte de la ingente cantidad que destina cada año a subsidios agrícolas -40.000 millones de euros-.

Para España el incremento de las partidas de I+D ofrece una oportunidad para compensar la pérdida de fondos estructurales de la UE. La inversión española en ese capítulo es sólo del 1,03% (la tercera más baja de la zona euro) y el impulso europeo puede contribuir a paliar el notable déficit de innovación tecnológica. Pero, además de fondos, se requiere una reorientación de la política de I+D apuntada en el Plan de Dinamización presentado por el Gobierno.

Archivado En

_
_