El problema del paro
Los datos de paro publicados ayer por el Inem confirman la buena tendencia en que se mueve el mercado laboral español. La bajada de 33.217 parados en marzo, mes en el que son habituales los descensos, es la mayor desde 1997. A la vez, el número de cotizantes a la Seguridad Social creció en 93.532, mucho más que en marzo de 2004. Aunque son cifras propiciadas por el efecto positivo de la Semana Santa -el año pasado no se celebró hasta abril-, los datos desestacionalizados confirman una evolución claramente positiva. Y así debe interpretarse igualmente la mejora en la calidad de la contratación, con una disminución en la rotación que indica mayor estabilidad.
Basta observar las dificultades en el mercado de trabajo en los principales socios de la zona euro para reconocer la bondad de los datos de España. Pero ello no debe ocultar el escaso valor añadido de gran parte del nuevo empleo -en servicios, sobre todo hostelería, se ha registrado la mejor cifra de la serie histórica-, un aspecto sobre el que ayer mismo advirtió Bruselas. Y tampoco aplazar la solución a problemas como la elevada tasa de temporalidad, cuya reducción tiene que ser prioritaria en reforma laboral que se negocia.