Singapur apuesta por el juego para compensar la caída de exportaciones
Singapur, que impone multas a importadores de chicles y prohíbe la venta de la revista Playboy, está relajando su oposición a otro vicio: el juego. Tras una prohibición de 40 años, la isla Estado planea construir su primer casino, en busca de nuevos sectores para reemplazar a los fabricantes que se están trasladando a China y la India, donde ofrecen costes más bajos. Operadores de casinos de las Vegas como Harrah's, MGM Mirage y Wynn Resorts ya han presentaron propuestas para el proyecto.
Singapur, con una población en proceso de envejecimiento (4,2 millones de habitantes), no tiene otra opción que relajar sus políticas y expandir su economía, dice Andy Xie, economista jefe de Morgan Stanley para Asia.
El primer ministro Lee Hsien Loong, de 53 años, dice que el proyecto del casino forma parte de los planes para mantener la competitividad. 'Diferenciará a Singapur, y es lo que tenemos que hacer para fomentar el desarrollo'', dijo Lee en una entrevista.
Tras 40 años de prohibición, la isla Estado asiática abre las puertas a los casinos con el objetivo de atraer el negocio del turismo
Tal vez la construcción de casinos no sea suficiente para impulsar el crecimiento en un país donde el turismo es sólo un 6% de la economía. Esta iniciativa para atraer más visitantes también tendrá que hacer frente a la competencia de Macao, que se ha puesto a la cabeza como centro del juego en Asia. El Sands Macau, primer casino al estilo de Las Vegas en Asia, abrió en 2004 y la afluencia de turistas a Macao, la única zona de China donde los juegos son legales, aumentó un 40% el año pasado hasta 16,7 millones, casi el doble que los 8,3 millones de Singapur.
La ley de Singapur que prohíbe los casinos aún no se ha abolido oficialmente. El Gobierno anunciará su decisión previsiblemente este mes.
El crecimiento del país se puede desacelerar hasta un mínimo del 3% este año, desde el 8,4% de 2004, según el Gobierno, porque el enfriamiento de la economía mundial reduce sus exportaciones. Las manufacturas -un 25% del PIB- contribuirán menos al crecimiento. Los expertos dudan de que Singapur pueda conservar su industria manufacturera, porque ya no puede competir en costes. Los sueldos en las fábricas de Singapur, antigua colonia británica, son diez veces más altos que en China. Los altos costes están alejando empresas como Maxtor, segundo fabricante mundial de discos duros de ordenadores. Maxtor, de California, tiene previsto eliminar 5.500 empleos en Singapur por el cierre de una fábrica en 2006 y el trasvase de parte de la producción a China. Fabricantes como Hewlett-Packard, Seagate o Venture representan casi un tercio de la producción industrial del país. El aumento de las exportaciones ha contribuido al crecimiento en los 40 años de independencia, hasta convertir a Singapur en una potencia económica.
La isla Estado fue el decimoquinto país por comercio y el mayor comprador de activos internacionales en Asia el año pasado. Su dependencia de las exportaciones -82.000 millones de dólares en 2004, excluido el petróleo, o sea un 90% del PIB- expone al país a las crisis de EE UU, su mayor mercado. El primer ministro dice que el crecimiento está en peligro. 'Mira los chinos, los indios, lo que pasa a nuestro alrededor; a menos que nos movamos muy deprisa y con resolución, nos vamos a quedar atrás'', dice Lee. Un problema parecido al que viven, en el otro lado del mundo, muchos países europeos.