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Pacto de Estabilidad

El BCE ve con 'gran preocupación' la reforma del Pacto de Estabilidad

El acuerdo político sobre la flexibilización del Pacto de Estabilidad apenas se había cerrado la medianoche del domingo cuando el Banco Central Europeo emitió ayer un comunicado expresando 'su seria preocupación por los cambios propuestos'. Menos de 24 horas había tardado la autoridad monetaria en alertar sobre las consecuencias de una reforma fraguada por los ministros de Economía y la Comisión Europea durante seis meses.

El BCE advierte que la discrecionalidad del nuevo Pacto requerirá una aplicación aún más 'rigurosa y coherente' que antes si se quieren conseguir 'políticas fiscales prudentes'. 'Ahora más que nunca, todas las partes deben asumir sus responsabilidades', afirma el comunicado de la entidad presidida por Trichet.

Y los mensajes cifrados del emisor no dejan lugar a dudas sobre su intención de responder con un endurecimiento de la política monetaria a cualquier deriva del gasto público que pueda provocar tensiones inflacionistas en la zona euro.

El BCE amenaza veladamente con endurecer la política monetaria si hay desviación fiscal

'La opinión pública y los mercados pueden tener la seguridad de que el Consejo de Gobierno del BCE mantiene su firme compromiso de cumplir el mandato de mantener la estabilidad de precios'.

La advertencia es una réplica casi exacta del alarmante comunicado emitido por el BCE en noviembre de 2003 cuando los ministros de Economía de la UE decidieron congelar los expedientes disciplinarios contra Francia y Alemania por incumplir el límite de déficit público previsto en el pacto.

Aquella decisión de los ministros, anulada el año pasado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, desencadenó precisamente la reforma del pacto que mañana debe aprobar el Consejo Europeo y que tanto inquieta al BCE.

El nuevo compromiso político recoge una tras otra las demandas del Gobierno alemán de Gerhard Schröder, que desde hace tres años sufre el incansable atosigamiento de la Comisión Europea por violar las normas del pacto.

Berlín ha logrado que se reconozca por escrito el impacto fiscal de la reunificación de Alemania doce años después de que tuviera lugar. Se trata de uno de los 'factores relevantes', camuflado en una referencia a la 'unificación de Europa', que la Comisión Europea deberá tener en cuenta a partir de ahora cuando evalúe el cumplimiento del pacto. Casi 80.000 millones de euros anuales de descuento que dejaran los números rojos de Alemania casi a cero.

El resto de socios ha aprovechado el empecinamiento alemán para introducir sus propio listado de atenuantes que justificarían un déficit superior al 3%. 'El potencial de crecimiento, las condiciones del ciclo económico, la implementación de políticas en el contexto de la agenda de reformas económicas de Lisboa, las políticas para promover la investigación, el desarrollo y la innovación (...) la sostenibilidad de la deuda, la inversión pública y, en general la calidad de las finanzas públicas', figuran entre los factores relevantes que deberá tener en cuenta la Comisión y el Consejo antes de expedientar a un país por superar el 3% de déficit.

Ninguna partida de gasto queda excluida a priori, pero la aplicación del pacto exigirá un continuo regateo político con el país infractor.

ecofin Un pacto muy flexible

El nuevo pacto mantiene los límites del 3% de déficit y el 60% de deuda.Los expedientes por superar esos límites podrán congelarse si el país infractor se esfuerza en corregir el déficit.La Comisión Europea tendrá que tener en cuenta todos los atenuantes que aduzcan los Gobiernos para justificar su déficit.La evaluación del objetivo de déficit cero se ajustará a la coyuntura de cada país.

La Comisión Europea se conforma con su papel

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y el comisario de Economía, Joaquín Almunia, consideran 'positivo' el acuerdo sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y no creen que mine la autoridad del organismo comunitario en la supervisión del rigor fiscal.'La Comisión mantiene su papel', señaló ayer Barroso, aunque el texto del acuerdo deja claro que Bruselas tendrá que respetar 'la responsabilidad del Consejo de ministros de Economía en la coordinación de las políticas económicas y su labor para el adecuado funcionamiento de la unión monetaria'. Esta nueva lectura del pacto ofrecerá a los Gobiernos un excesivo margen de maniobra fiscal, según criticó ayer Hans Werner Sinn, presidente del influyente instituto de estudios alemán IFO. Sinn, en declaraciones recogidas por la agencia Efe, alerta contra la tentación de los Gobiernos para colmar las promesas electorales hechas a los ciudadanos. 'Esa política no conduce a nada'.'No estamos buscando una licencia para endeudarnos', afirmó el ministro alemán, Hans Eichel, tras lograr que sus colegas del Ecofin aceptasen tener en cuenta el impacto de la reunificación en el déficit alemán. 'Sólo queremos una licencia para un período de ajuste más sensible'. Barroso, cuyo país todavía sufre las consecuencias de haber acatado la orden de Bruselas de reducir el déficit por debajo del 3% en un sólo año, coincide en que 'es bueno prever un tiempo más largo para la corrección'.'El pacto es ahora económicamente más racional, propicia el crecimiento y permite un examen de los casos por separado', cantó victoria el Gobierno alemán tras el acuerdo.

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