Se avecina un cambio estructural en la inversión
Este es un momento excitante para aquellos que trabajamos en gestión de activos. Ahora mismo nuestra industria está experimentando un cambio fundamental y en ningún otro lugar los efectos de este cambio son más obvios que en el continente europeo.
Echando un vistazo a las décadas de los ochenta y noventa, vemos que la gestión de activos era un negocio sin complicaciones. La gama de productos se concentraba en los principales productos domésticos o globales de toda la vida. Los bonos estaban limitados a estructuras agregadas o gubernamentales. Había una marcada división entre la oferta a instituciones y a particulares. La distribución estaba prácticamente cerrada a los proveedores externos. Había pocos incentivos para cambiar; después de todo, ¿por qué cambiar tus modelos cuando las ganancias eran de doble dígito? Sólo en Italia, a finales de los noventa, comenzaron las plataformas de distribución a abrirse de manera significativa.
Los decepcionantes resultados en renta variable que siguieron al auge del mercado de valores sirvieron de catalizador para el cambio. Tendencias radicalmente distintas conforman ahora la industria de gestión de activos.
El principal motor del cambio es la arquitectura abierta. Los bancos y las compañías aseguradoras que controlan la distribución en Europa están abriendo sus puertas a un selecto número de proveedores externos. Los criterios de selección para elegir estos proveedores son estrictos. Los distribuidores no se contentan con tan sólo mirar el historial y la actuación de la empresa; también buscan proveedores con una diversa gama de soluciones que puedan ser adaptadas a las específicas necesidades del cliente y ofrezcan un servicio de primera clase.
Creemos que la independencia es un criterio de selección clave. Los distribuidores aprecian la oportunidad de lidiar con proveedores cuyo único negocio es la gestión de activos, sin conflicto de intereses. Una mirada a las ventas estimadas para 2004 de Feri confirma esta creencia: los gestores de fondos independientes copan los primeros puestos del ranking. Gestores tradicionales que han reaccionado con lentitud a los cambios de la industria están perdiendo terreno rápidamente.
Al mismo tiempo que la distribución esta diversificándose, la línea divisora entre oferta a particulares y a instituciones es cada vez más tenue. Basta tan sólo con echar un vistazo a las nuevas tendencias: cada vez más a menudo, inversores institucionales y particulares buscan invertir en productos de retorno absoluto, por un lado y productos de alpha superior (de alta rentabilidad, independientemente de como vayan los mercados) por otro. Cada vez más, están buscando soluciones a medida más que estandarizadas, que puedan reflejar los diferentes perfiles de riesgo de sus clientes. Sobre todo, tanto inversores particulares como institucionales quieren una amplia gama de productos para elegir. Proveer carteras todoterreno es particularmente relevante en el volátil clima del mercado actual.
La pregunta clave es: ¿continuará el cambio a este ritmo? ¿O volverá la industria a ser lo que era, ahora que los mercados de valores se han recuperado? Mi opinión es que sería un gran error tomar una actitud relajada. La industria entera está experimentando un cambio estructural, producido no sólo por una arquitectura abierta sino también por un cambio de actitud a la hora de invertir.
Para aquellas firmas que quieren mantenerse en una posición de liderazgo, ahora es el momento de adaptarse al mercado y satisfacer las necesidades reales de los inversores.