Estrangular la financiación
Europa rinde homenaje a las víctimas del ataque terrorista más importante en su territorio: los atentados del 11-M. El asesinato deliberado e indiscriminado de civiles por los terroristas es una perversa negación del respeto por la vida. Bajo ninguna circunstancia son justificables los actos terroristas.
El terrorismo es un azote mundial. Y debe combatirse de manera global. La UE está totalmente comprometida en esa lucha, en estrecha cooperación con nuestros aliados internacionales. La batalla contra la financiación del terrorismo es una parte esencial de ese combate. El dinero que necesitan los terroristas depende de sus estrategias y métodos. Algunos traman atentados que requieren una significativa financiación a largo plazo; las necesidades de otros son más modestas. Pero todos precisan de dinero. De manera que tienen un afán constante de recaudación. En diciembre de 2004, Bin Laden calculaba que el gasto de Al Qaeda, sólo en Irak, ascendía a 200.000 euros semanales.
Los canales que utilizan para recaudar incluyen actividades legales e ilegales. Las donaciones caritativas, por ejemplo, pueden ser una importante fuente de ingresos.
A menudo, el dinero procede del crimen. Y como el resto de delincuentes y blanqueadores de dinero, los terroristas operan hoy a través de redes mundiales. Por consiguiente, todos los países deben aplicar la legislación para criminalizar el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.
El Consejo de la UE aprobó en diciembre de 2004 su estrategia en este terreno. Entre los puntos esenciales figura garantizar que las investigaciones se centran en los objetivos adecuados y que las pruebas nutren los procesos judiciales. Hace falta una interrelación más eficaz entre los servicios de seguridad e inteligencia y entre las diferentes autoridades, las fiscalías y otros órganos judiciales, los supervisores financieros y las entidades financieras.
En el sector financiero, debemos desarrollar instrumentos que mejoren la trazabilidad de los fondos. En ese contexto, destaca la tercera directiva europea sobre blanqueo. El Parlamento Europeo la está revisando y espero que la apruebe antes de fin de año.
La UE dispone, además, de dos listados de individuos y organizaciones cuyos activos pueden congelarse por considerar que están involucrados en actos terroristas. Y también se ha aprobado un reglamento que impone controles en los movimientos transfronterizos que superen los 10.000 euros en metálico. Medida importante porque, gracias al creciente control del sistema bancario internacional, los terroristas se ven abocados a usar mensajeros para mover el dinero.
Pero estas medidas no deben hacernos olvidar que queda mucho por hacer. Este año esperamos las propuestas de la Comisión Europea sobre sistemas de envío de remesas, transferencias de fondos y organizaciones sin ánimo de lucro.
Es difícil evaluar el impacto de los esfuerzos contra la financiación del terrorismo. Pero sabemos que restringiendo el espacio en el que los terroristas operan se reduce su habilidad para tramar y cometer atentados. También sabemos que los ingresos de organizaciones como Al Qaeda han caído significativamente desde el 11-S.
Pero todavía reciben demasiado. El dinero sigue fluyendo para sus ataques. Necesitamos trabajar más duro para bloquear sus canales de financiación. Es una política a largo plazo. Todos debemos acometerla. Es esencial la cooperación regional, nacional e internacional. Conferencias como la de Madrid son un medio enormemente valioso para intercambiar experiencias sobre nuestro común combate.