Bruselas propone un aval de 1.000 millones para infraestructuras transfronterizas
La Comisión Europea propuso ayer la creación de un aval comunitario por valor de 1.000 millones de euros para cubrir parte de la deuda que genere la construcción de infraestructuras transfronterizas de transportes. Bruselas calcula que ese instrumento, gestionado por el Banco Europeo de Inversiones, bastará para garantizar una deuda de hasta 20.000 millones de euros. El mecanismo, que la Comisión asegura que se utiliza por primera vez, requiere la aprobación del Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea.
La nueva fórmula 'ayudará a movilizar a los Gobiernos y, más importante aún, a los inversores privados', señaló ayer el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia. Los 29 proyectos más urgentes (entre ellos varias conexiones de alta velocidad dentro de la Península Ibérica y entre España y Francia ) requieren una inversión de al menos 220.000 millones. La Comisión estima que una quinta parte de esa cantidad debería ser capital privado.
El aval debería consignarse con cargo al presupuesto comunitario para el período 2007-2013, que en estos momentos se encuentra en plena negociación. La Comisión cree que este complemento de los fondos comunitarios habituales permitirá mitigar los riesgos de las asociaciones de capital público y privado que acometan las obras. Sobre todo, dice Bruselas, en las primeras fases del proyecto. En concreto, ofrecería un 'colchón de liquidez' para los momentos en que las adjudicatarias encuentren dificultades en atender el servicio de la deuda. 'El aval europeo no elimina el riesgo de los acreedores', reconoce la Comisión, 'pero aumenta la calidad del crédito para los proyecto'.
El BEI aplicará una tarifa por la prestación al aval acorde al riesgo que asuma y al coste de gestión. En caso de que la garantía se utilice, la Comisión tendrá derecho al reembolso con intereses. Bruselas asegura que ha realizado en 2004 un exhaustivo muestreo de mercado sobre la utilidad del aval.