Del pacto salarial a la reforma laboral
Patronal y sindicatos han firmado el Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC), que recomienda a trabajadores y empresarios subidas salariales moderadas y ligadas a la productividad. El acuerdo para 2005 implica negociar sobre la base de la inflación prevista por el Gobierno, el 2%. En caso de ganancias de productividad se pueden superar esas tasas. Se contempla, igualmente, la cláusula de revisión salarial para proteger el poder adquisitivo.
De esta manera, la incertidumbre y la confrontación de todo el periodo previo, que giró en buena parte sobre la cuestión de ligar el salario mínimo a la inflación, ha concluido de la mejor manera. Un año más, se ha preservado el espíritu y la práctica del pacto social en el que se ha sustentado, en buena parte, el éxito económico español desde la transición política.
Se abre ahora, sin embargo, una nueva fase del consenso social que tendrá su primer acto el próximo 14 de marzo. Ese día se reunirá por primera vez la comisión negociadora de la reforma laboral, en la que estarán presentes los representantes del Gobierno y de la CEOE, de CC OO y de UGT. Las tres partes buscarán el acuerdo sobre el contenido y los plazos de discusión del futuro sistema laboral.
Las posiciones previas distan de ser próximas. Mientras el Gobierno centra la reforma en la lucha contra la precariedad, al igual que los sindicatos, la patronal pretende avanzar en el abaratamiento del despido. Pero mientras UGT no parece muy interesada en un progreso inmediato, CC OO se muestra dispuesta a una discusión en profundidad.
El progreso económico del país, sustentado en una radical mejora de la productividad, requerirá de una gran flexibilidad y visión de futuro de los protagonistas de este trascendental debate. La creación de empleo fijo y de calidad, el final de la precariedad, costes menores de producción y mayor igualdad laboral entre hombres y mujeres, son cuestiones decisivas. Tal renovación exige un consenso social fuerte y comprometido.