Precios y ganancias en la construcción
El Colegio de Arquitectos de España ha elaborado un interesante trabajo que permite avanzar en la comprensión del descomunal incremento de los precios de la vivienda en los últimos siete años. El estudio, que sondea en diversos aspectos de lo acontecido en el sector inmobiliario entre 1996 y 2004, revela que de siete partidas clave en la formación del precio final de una vivienda, sólo dos han registrado variaciones significativas. Los costes de proyecto, licencia, obra, financiación, gestión y comercialización, apenas han tenido movimientos de importancia.
Por el contrario, el precio del suelo y los beneficios del promotor han experimentado un fenomenal salto adelante. Mientras, los gastos de construcción han pasado de representar el 71,4% del total del coste en 1996 a apenas un 51,1% en 2004. En estos mismos años, el beneficio neto del promotor se multiplicó por siete. De representar un 9,6% del total de costes en 1996, el año pasado había trepado hasta el 36,3%.
Con el precio del suelo ha ocurrido algo similar. De tener un impacto del 8,4% sobre los costes totales de la construcción de una vivienda en el primer año del período, en 2004 era casi del 31%, unas tres veces y media más que ocho años antes. Ya no quedan dudas de que el aumento del precio del suelo ha repercutido negativamente sobre el precio final de las viviendas, y que el promotor ha descargado con creces este incremento sobre el valor final del producto.
Esta carrera alcista, sin relación con el resto de variables económicas, no puede ser eterna. El proyecto de expropiación de solares con más de un año sin transformación urbana, que estudia el Gobierno de Madrid, podría ser una de las medidas que reclama este mercado para frenar una carrera irracional. Cuanto antes se instrumenten medidas eficaces, menos riesgos correrá la economía española en su conjunto.