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Política

Los conflictos económicos ensombrecen la gira europea de Bush

George Bush y los líderes de la Unión Europea pasaron ayer de puntillas sobre los retos económicos de la relación transatlántica. La cumbre de la reconciliación no pudo obviar las discrepancias en asuntos como el desplome del dólar, la escalada de los déficit de EE UU y la intención europea de levantar el embargo de armas a China.

Bush comenzó su segunda jornada de trabajo en Europa en la sede de la OTAN. Horas después, el presidente de Estados Unidos se trasladaba al barrio europeo de Bruselas (evacuado para la ocasión), bajo una copiosa nevada y una tormenta de imprecaciones de los manifestantes apostados en las cercanías del Consejo Europeo. En el interior del edificio Justus Lipsius, los líderes europeos, con la destacada excepción de José Luis Rodríguez Zapatero, Jacques Chirac, Gerhard Schröder y Silvio Berlusconi, desfilaban ante él con cordial pleitesía.

El presidente estadounidense definió su primer periplo por el extranjero en este segundo mandato como 'un viaje para escuchar'. Como cabía esperar, los aliados no aprovecharon esta nueva receptividad de Bush para criticar su agresiva política exterior sino para regalarle los oídos con un compromiso de fe transatlántica y la oferta de convocar una conferencia de donantes para la reconstrucción de Irak'.

Los conflictos bilaterales, sin embargo, salpicaron la agenda y las ruedas de prensa de ambas partes. La intención europea de reabrir el mercado de armamento al ávido ejército chino era la principal sombra en esta cumbre aterciopelada y la principal amenaza de que se resquebrajen de nuevo las relaciones transatlántica cuando pasen los fastos del viaje presidencial.

Bush advirtió que el levantamiento del embargo a Pekín puede desequilibrar geoestratégicamente el Pacífico, temor que Jacques Chirac considera infundado. Para el presidente francés, el embargo decretado tras la represión de las manifestaciones de la plaza de Tiannamen en 1989 'ya no está justificado'. Aún así, Chirac acepta que la Unión Europea y Washington deberán consensuar las condiciones del levantamiento.

Los tipos de cambio entre las divisas respectivas también debían marcar la cena de Bush en la Comisión Europea. Al mismo tiempo que acontecía la simbólica cumbre, la cotización del euro se disparaba hasta los 1,32 dólares, una cota que sacudió los mercados de divisas, bursátiles y de valores de refugio como el oro. La corrección de los déficit comercial y fiscal estadounidenses figuran entre las demandas europeas.

La Comisión también se disponía a abordar durante la cena la negativa de EE UU a ratificar el Protocolo de Kioto contra el recalentamiento del planeta. Pero Bush advirtió que se trata de un debate 'que ya hemos dejado atrás'. Las dos partes se muestran dispuestas a impulsar las negociaciones en marcha en el marco d e la Organización Mundial de Comercio. 'Se trata de eliminar el mayor número posible de obstáculos al comercio', señaló el presidente Barroso.

Bush: 'Hola, ¿qué tal, amigo?'; Zapatero: 'Muy bien, ¿y tú?'

El esperado encuentro entre el presidente del Gobierno y George Bush se resumió en dos breves frases al inicio de la reunión de la OTAN en Bruselas. El presidente de Estados Unidos se acercó a Zapatero cuando éste departía con el británico Tony Blair, y le saludó en su español con acento tejano, recibiendo una respuesta igual de escueta.

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