Rentabilidad y crecimiento económico divergen en Bolsa
Aquellos inversores que opten por invertir en economías con fuertes potenciales de crecimiento pueden llevarse sorpresas desagradables. Un estudio reciente elaborado por ABN Amro y London Business School concluye que no existe relación aparente entre los rendimientos de la Bolsa y el crecimiento del PIB.
El estudio cuestiona la teoría de que los beneficios empresariales representan una parte constante del PIB, y que una economía que esté experimentando crecimientos rápidos obtendrá rendimientos de igual magnitud en beneficios y dividendos, aumentando así la rentabilidad de los accionistas.
ABN Amro y London Business School han analizado los datos de 17 países, incluyendo el periodo de rápida expansión de la posguerra en Alemania y Japón, para llegar a la conclusión de que el crecimiento a largo plazo de los dividendos se situó por debajo del crecimiento del PIB per cápita anualizado en la mayoría de los países analizados.
ABN Amro y London Business School han analizado 17 economías
El estudio concluye además que un crecimiento económico más rápido no está asociado con un mayor incremento de los dividendos. Los datos revelaron todo lo contrario. Aquellos países con un menor crecimiento económico experimentaron un mejor comportamiento en Bolsa y viceversa.
'Nuestros resultados no son ambiguos. Los inversores que destinaron activos a países con altas perspectivas de crecimiento de PIB no obtuvieron, de media, rentabilidades superiores. Históricamente, las inversiones de renta variable en mercados con elevadas tasas de crecimiento de PIB han ofrecido rentabilidades por debajo de aquellas obtenidas en mercados con tasas de crecimiento de PIB inferiores', explican los profesores Elroy Dimson, Paul Marsh y Mike Stauton, de London Business School.
El gráfico muestra cómo por ejemplo Estados Unidos, país que ofrece una de las mayores rentabilidades de inversión a largo plazo (+6,6%) entre 1900 y 2004, tuvo un crecimiento del PIB per cápita anualizado del 2%, uno de los más bajos de los analizados.
España, por contra, con una tasa de crecimiento superior, del 2,6%, tan sólo obtuvo un rendimiento del 3,6% para aquellos inversores que compraron renta variable.
El estudio ofrece varias teorías para explicar estas conclusiones. En primer lugar señala cómo a menudo las principales compañías que componen los índices son multinacionales, empresas cuyas acciones suben cuando las economías de países extranjeros en los que comercializan registran buenos comportamientos.
Otro fenómeno que puede explicar estas conclusiones tiene que ver con las expectativas. Los mercados descuentan las perspectivas de crecimiento en los precios y en ocasiones algunos países con economías de alto perfil de crecimiento como Japón no alcanzan las expectativas manejadas por el consenso.