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Siderurgia

Arcelor multiplica casi por 10 el beneficio y anuncia nuevas adquisiciones

Arcelor seguirá con su política de compras para incrementar su tamaño. Guy Dollé, el presidente de la compañía, declaró ayer en la rueda de prensa de presentación de resultados del ejercicio 2004 que prevé que la segunda firma siderúrgica del mundo realice una nueva gran adquisición que le permita doblar la producción a medio plazo.

Dollé explicó que en los próximos 10 años, el consumo del acero puede crecer en 400 millones de toneladas, lo que supondría un incremento del 40%. De esta cifra, aseguró, el 80% se comprará en países no desarrollados. Por ello, el ejecutivo afirmó que su interés se concentra fundamentalmente en el área calificada como Brica, compuesta por Brasil, India, China y Turquía. El directivo galo prevé que la compra se produzca en un plazo máximo de cinco años. 'No vamos a cometer ninguna locura', sentenció. Sobre todo ahora, que la compañía ha logrado reducir la deuda a 2.000 millones desde los 4.464 millones de finales de 2003.

Sin embargo, también existen problemas para esta futura fusión. Dollé explicó que la operación se debería realizar mediante un intercambio de acciones. Así, según su opinión, el bajo precio de los títulos de la compañía 'penalizarán el valor al accionista'. Por ello, Arcelor 'debe convencer a los inversores' que es interesante comprar sus títulos. Ayer, las acciones cerraron con una caída del 0,59%, lo que deja el precio en 18,64 euros.

Dollé, eufórico, comunicó ayer un beneficio de 2.300 millones de euros durante el pasado ejercicio, unas ganancias que suponen multiplicar casi por diez los 257 millones ganados durante todo 2003. El directivo galo aseguró que la acería se ha beneficiado de 'una situación económica excepcional', gracias a la favorable evolución de los mercados del metal en China, Asia y EE UU, y al incremento de precios, sobre todo a partir de abril.

La mejora del negocio otorgó a Arcelor, empresa formada en 2001 tras la fusión de la española Aceralia, la francesa Usinor y la luxemburguesa Arbed, un crecimiento del 16,4% en la cifra de negocio, hasta 30.176 millones. El resultado operativo bruto aumentó casi el doble con respecto a 2003, situándose en 4.341 millones de euros, frente a 2.228 millones en 2003. Este resultado operativo incluye elementos no recurrentes que restaron 245 millones a la cuenta. De la cifra, 118 millones corresponden a los costes de reestructuración en España derivados del programa Arco, que prevé tanto ajustes de plantilla para ahorrar costes como inversiones superiores a 526 millones de euros entre 2005 y 2009.

Por zonas geográficas, las ventas en la UE concentraron un 77,5% del total, un 7,6% en Norteamérica, un 7,1% en Suramérica y un 7,8% en el resto del mundo. La fusión que dio lugar a Arcelor ha motivado unas sinergias de 560 millones. La cúpula de la siderúrgica prevé que este ahorro se amplíe a 700 millones en 2006. Además, entre sus cálculos, Arcelor cuenta con que en 2005 se produzca una moderación en los precios del acero. Esta circunstancia, sin embargo, no impedirá que sea un 'año muy bueno' para la empresa, si bien rehusó facilitar datos concretos.

Este avance en los resultados en el 'planeta acero', según las palabras usadas por Dollé en su comparecencia, permitirá a Arcelor abrir una 'nueva política de dividendo'. La firma elevará la retribución a sus accionistas un 64,5%, ya que se les abonará un importe de 0,65 euros por título el próximo dos de mayo.

Las previsiones del grupo apuntan que 2005 será también un ejercicio 'muy bueno'

Críticas a Kioto y advertencia a las plantas asturianas

Dollé también tuvo palabras de crítica hacia la Unión Europea y su aplicación del Protocolo de Kioto. Según el directivo, la legislación al respecto no se ajusta a la situación del sector, ya que se ha centrado en reducir las emisiones de una parte que sólo emite el 25% del total, y que, 'ademas', se esfuerza por reducir sus emisiones continuamente. En el caso de Arcelor, según su presidente, éstas se han reducido en un 17% desde 1990.El director general de productos planos, Guillermo Ulacia, lanzó ayer por su parte una dura advertencia a los 7.500 trabajadores de las dos plantas asturianas, de Arcelor.El directivo reiteró el aviso de que cualquier tipo de huelga en las instalaciones de Gijón y Avilés podría conllevar el cierre de las plantas y el traslado de la producción a otra factoría del grupo. Los sindicatos se han mostrado en contra del plan.

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