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Qatar acelera los planes para privatizar la cadena Al Yazira

Es la televisión más popular en el mundo árabe y, según el informe anual de Brandchannel.com, la quinta marca más influyente del mundo. Pese a todo, Al Yazira, la televisión de noticias 24 horas, es también una empresa en pérdidas que depende del dinero del emir de Qatar, Sheikh Hamad Bin Kalifa Al Thani -se estima que unos 100 millones de dólares al año-, para salir adelante. No obstante, el emir siempre se ha mantenido al margen de su línea editorial.

Pero ahora Qatar quiere privatizar la tele que creó en 1996 con el dinero del propio emir y que es quien ha pedido al Gobierno que elabore un plan para ello. En una entrevista distribuida por Associated Press, el director de la cadena, Wadah Khanfar, aseguraba que ya se ha presentado un informe sobre el plan ante el consejo de la cadena y éste se discutirá en las próximas semanas. Khanfar no da detalles, pero se especula con que Al Yazira cotice en el mercado de Qatar.

Las prisas por privatizar la empresa coinciden con el aumento de las presiones de EE UU al Gobierno qatarí. The New York Times aseguraba a fines de enero que incluso las relaciones entre los Gobiernos de los dos países tan cordiales en otros aspectos (Qatar tiene una base militar estadounidense en su territorio) eran tirantes por Al Yazira. El vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, han sido algunos de los que han criticado a la televisión que ha mostrado imágenes de la guerra en Irak o del conflicto palestino-israelí que no se ven en televisiones de EE UU. Para el Gobierno americano, las noticias de Al Yazira son sesgadas, engañosas o falsas.

A partir de abril el mercado qatarí permitirá que los inversores foráneos puedan controlar un 25% de las empresas que cotizan en esta Bolsa

Pero no es el único que tiene problemas con el periodismo que hace esta televisión, en la que trabajan profesionales curtidos en la BBC. A algunos Gobiernos árabes, especialmente Arabia Saudí, no les hace felices esta emisora, en la que tienen voz los disidentes y la crítica a sus regímenes.

El problema es que, pese a su influencia y que 35 millones de árabes la prefieren frente a otras que se han creado al calor de su éxito, muchas empresas mantienen un boicot comercial a esta televisión que tantas enemistades se granjea en las altas esferas. Esto dificulta que sus cifras de audiencia se traduzcan en beneficios.

El portavoz de Al Yazira, Jihad Ballout, asegura que el Gobierno decidió hace 14 meses estudiar la privatización y que la condición es que la independencia de su política editorial debe mantenerse tras la venta. Así las cosas, y teniendo en cuenta que ni siquiera hay un fuerte apoyo de los anunciantes, es toda una incógnita en quién piensa el Estado de Qatar a la hora de vender una televisión que es considerada como una de las pocas realmente libres en la zona.

Algunos periodistas de Al Yazira están preocupados por el futuro de la cadena y la influencia de los inversores en su línea editorial. A partir de abril el mercado qatarí permitirá que los inversores foráneos (no qataríes o del Consejo de Cooperación del Golfo) puedan controlar un 25% de las empresas que cotizan en esta Bolsa.

Las preocupaciones de los empleados de Al Yazira las vio en clave de humor Andy Borowitz, quien en su satírica columna de la web de Newsweek ya hizo ciencia ficción al titular Fox News compra Al Yazira. Fox, propiedad de Rupert Murdoch, es la cadena más conservadora de EE UU.

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