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Inversión

Las claves para invertir en prestigio

El coleccionismo está en auge y ofrece buenas revalorizaciones, pero es una inversión arriesgada si no se conocen las reglas Las mejores oportunidades se encuentran en el periodo inicial del artista, cuando cobra menos

Son inversiones que suscitan más placer intelectual y emocional que interés económico pero, a la larga, proporcionan tanta o más rentabilidad que muchos activos financieros. Quien se acerca al mercado del coleccionismo de arte, sellos, monedas, antigüedades, joyas, etc., suele estar movido más por una cuestión de disfrute personal o prestigio social que por criterios financieros. Pero los expertos aseguran que el interés artístico o histórico no está reñido con la rentabilidad económica y la inversión en tangibles constituye una forma inteligente de diversificar las carteras y enaltecer un patrimonio.

Son mercados, no obstante, mucho más cerrados, complicados, y menos organizados, líquidos y transparentes que los financieros. Cada uno habla con lenguaje propio y funciona con reglas bien distintas. Los especialistas subrayan que resulta imprescindible conocerlas bien para no errar en la inversión. Lo contrario es asumir demasiados riesgos.

La primera virtud que se espera del particular que se acerca por vez primera a estos mercados es la paciencia. Quien sólo busque obtener plusvalías rápidas, aseguran las fuentes consultadas, es mejor que mire hacia otro lado. No obstante, hay muchos ejemplos de especuladores que han hecho fortuna en estos mercados en los que, además de pasión, se mueve mucho dinero.

Para quien sabe esperar, un horizonte temporal de 10 años le asegura buenos rendimientos en casi todos los activos, adecuados para diversificar en tiempos de bonanza económica y como valor refugio en tiempos de crisis.

En los últimos años el arte es uno de los mercados que más se revaloriza. Entre 1986 y 2002, las obras de los artistas más cotizados ofrecieron una rentabilidad media del 12,4%, frente a la media del 8,5% que subió el Dow Jones en el mismo periodo o del 6,3% del Ibex. El año pasado, el mercado global del arte proporcionó retornos por encima del 14%. Además de la afición creciente por el coleccionismo entre los bancos, las instituciones y las empresas, el particular ensancha el mercado cautivado por las rentabilidades pero, también, por el puro placer del coleccionismo.

La banca privada se adapta para responder a las demandas de sus clientes, que cada vez exceden más de lo puramente financiero, y las galerías, subastas y ferias como Arco, que se celebra en Madrid hasta el 14 de febrero, dejan de ser un espacio sagrado reservado a las grandes fortunas.

Obras de arte: El mercado se calienta y engancha al inversor

El mercado del arte vive un momento dulce y reina el optimismo entre inversores, casas de subastas, galeristas y artistas. 2004 y el inicio de 2005 han marcado récords en las subastas y en las cotizaciones de gran número de artistas y crece el número de piezas vendidas y el precio medio de las mismas. Las distintas estadísticas del sector corroboran que, tras varios años de declive, el crecimiento que comenzó en 2003 se consolida. El índice global del mercado que recoge la prestigiosa base de datos francesa Artprice, uno de los principales barómetros del sector, arroja un crecimiento del 10% el año pasado. Las estadísticas inglesas Art Sales Index, publicadas en septiembre de 2004, señalan que las subastas a nivel mundial crecieron un 23,1% en la temporada 2003-2004, con unas ganancias totales de casi 3.000 millones de euros. La misma fuente cifra el aumento de los beneficios de las subastas en España en un 32,8%, con unas ganancias totales de más de 23 millones de euros.El mercado del arte ha resistido las correcciones financieras y 100 dólares invertidos en pintura en 2001 tenían un valor de 140 dólares en julio de 2004 y de 153 dólares en noviembre, un dato que da una clara ventaja a este tipo de inversiones si se compara con el beneficio medio del 8,5% de la realizada en Bolsa (tomando como baremo el índice Dow Jones), según las proyecciones realizadas por la revista especializada Art Market Insight.Tal avalancha de datos positivos trae a la memoria de algunos expertos la burbuja especulativa que se vivió a finales de los años 80 y principios de los 90. Rosina Gómez-Baeza, directora de Arco, reconoce que podría producirse este fenómeno y asegura que 'la especulación daña al mercado porque hace que los precios suban artificialmente. Lo vimos a principios de los 90. El mercado del arte es muy sensible y galerista y artista deberían esperar que la adquisición se realice por convencimiento, por interés artístico, no sólo económico'. Mary Hoeveler, jefa del servicio de asesoramiento de arte de Citigroup Private Bank, explica que 'el mercado se está calentando, hemos empezado a ver inversores que compran una pieza y la venden en el corto plazo, uno o dos años, con un tremendo beneficio sobre la inversión, pero estos son bien intermediarios profesionales o coleccionistas que llevan muchos años y saben hacerlo'.Sin embargo, la recomendación de los expertos y asesores para los particulares que pudieran verse cautivados por los cantos de sirena de estas rápidas revalorizaciones es unánime: no es un mercado apto para quienes sólo buscan hacer plusvalías rápidas. 'Quien quiera entrar sólo para especular mejor que se vaya a otro sitio', exclama Jon Icazuriaga, asesor de arte de Afinsa.No obstante, la recuperación de la confianza en el arte como objeto de inversión y como manera de hacer negocio parece innegable y los especialistas coinciden en que si se opta por una estrategia a largo plazo y se buscan un buen asesoramiento, el arte siempre ofrece buenos retornos.'Desde 1996 hasta la fecha, cualquier obra adquirida por encima de los 100.000 euros ha obtenido una revalorización superior al 12%', asegura Juan Botella, experto en asesoramiento de arte de Banco Madrid. 'En este mercado, quien quiere seguridad y no quiere arriesgar tiene que prepararse para pagar caro', advierte. 'El riesgo es mayor cuanto menos consolidado es el artista pero, bien asesorado, es posible obtener buenas rentabilidades si se invierte en el periodo inicial del artista'.Como siempre todo depende del perfil del inversor y del objetivo que persiga. 'Los grandes maestros (nombres reconocidos, incluso fallecidos) e incluso valores establecidos de mediana edad con currículo reconocido en galerías de prestigio, exposiciones y con un peso específico en la escena internacional son siempre son una inversión segura y en los últimos cuatro años han ofrecido revalorizaciones extraordinarias, pero las oportunidades para los inversores no se encuentran tanto en estos valores seguros como en los jóvenes, donde la apuesta es más arriesgada', afirma la directora de Arco. De hecho, hay muchos coleccionistas que disfrutan descubriendo nuevos talentos y la adquisición de una obra concreta por parte de un coleccionista conocido y respetado en el sector revaloriza al instante al artista.Hay un mercado secundario del arte, que se corresponde con el arte clásico, que generalmente se compra en subasta, y un mercado primario que se corresponde con el arte de los últimos 10 años. 'El mercado secundario tiene un expediente documentado detrás; las obras han sido compradas, vendidas y negociadas a través del tiempo y, por tanto, puede ser una compra más segura. El mercado está más establecido y su precio suele ser más elevado. Comprar obras de los últimos 10 años es más arriesgado porque el mercado no ha fijado aún los precios para el artista. Estas obras son, en general, más baratas que las anteriores pero el retorno potencial es mucho mayor', señala la asesora de Citigroup.Christina Schroeter-Herrell, directora de asesoramiento en arte de Deutsche Bank Private Wealth Management, señala que 'el mayor desarrollo en los últimos años se ha producido en el arte contemporáneo, pero sólo unos pocos nombres han tenido éxito. La entrada de nuevos nombres es lenta, porque los riesgos son más altos'.Algunos especialistas comentan que se empieza a ver el techo del mercado en algunos campos como el arte contemporáneo posterior a la II Guerra Mundial, en el que los precios han crecido extraordinariamente. Mary Hoeveler cree que también 'hay buenas oportunidades en la pintura del siglo XIX o, incluso, en algunos impresionistas que están minusvalorados o en el minimalismo'. En todo caso, la opinión general es que en todo el mercado hay oportunidades, pero debería ser una cuestión de gusto personal, y no sólo una estrategia calculada de inversión lo que llevara a adquirir una obra de determinado estilo.No obstante, si sólo es el impulso lo que lleva a la inversión no hay tantas garantías de éxito desde el punto de vista económico. 'Si lo que se busca es hacer un patrimonio es mejor hacer una planificación de la inversión y diseñar una colección con criterio', recomienda el asesor de Banco Madrid. Jon Icazuriaga, de Afinsa, coincide en que 'para obtener valor en el mercado siempre es mejor vertebrar una colección que sustente la inversión. Si compras piezas sueltas y sin criterio es más difícil obtener rendimientos posteriores'. La mayoría piensa, de todos modos, que la compra seria en arte la suele realizar el coleccionista por vocación, y el que de verdad se emociona y disfruta de sus colecciones es quien termina por ser el mejor inversor.Para empezar no hace falta un gran fortuna. Jon Icazuriaga señala que 'se puede empezar con 2.500 euros y un horizonte temporal de 4 ó 5 años'. Juan Botella recuerda que 'no es lo mismo comprar una pieza de arte que invertir en arte' y en su opinión 'son necesarios al menos 60.000 euros para hacer el diseño de una colección que tenga algún valor en el mercado'.En todo caso, los asesores de banca privada que gestionan el patrimonio integral de sus clientes creen que un 10% de su cartera en arte es suficiente para evitar riesgos y subrayan: 'siempre de la mano de un experto'.La mejor compra la suele realizar el verdadero coleccionista

Joyas: Buen momento para comprar diamantes

Cuando se pregunta a expertos y joyeros por la rentabilidad económica de invertir en joyas fruncen el gesto. Lo importante es el disfrute de la pieza, que guste y se pueda lucir, exclaman. Sin embargo, también precisan que se trata de un capital que se revaloriza, como mínimo, como la inflación y como máximo un 5%, en términos generales.'Es un valor refugio que no da grandes alegrías, pero tampoco da disgustos', explica Diego Albert, profesor del Instituto Gemológico. Si se busca mayor seguridad, los especialistas recomiendan invertir en diamantes, la piedra preciosa por excelencia y la única que se cotiza en un mercado más o menos organizado y no tan anárquico como otras gemas, donde es más difícil definir precios.Massimo Tucci, responsable de la firma Bijem y uno de los profesionales más reconocidos del sector, señala que 'es un momento óptimo para esta compra porque el diamante es un bien valorado en dólares, por lo que quien compra en euros tiene en estos momentos una capacidad adquisitiva mayor'. Diego Albert subraya, además, que 'el mercado ha estado deprimido en los últimos años y ahora despierta, por lo que todavía se encuentran buenos precios'.Ambos recomiendan mucha cautela y acudir siempre a profesionales. 'El primer criterio para invertir en diamantes es tratar con joyeros reputados porque hay muchos semiprofesionales que se aprovechan de la falta de conocimiento del público', advierte Tucci. Siempre que el diamante sea adquirido a niveles de mercado aceptables, entre uno y dos años se puede obtener ya alguna rentabilidad, aunque son mejores horizontes más largos. Cuanto más raro se compra, mejor es la reventa.

Sellos y monedas: La emoción por la historia cotiza al alza

Con las prisas por emitir un sello conmemorativo antes del primer vuelo del Servicio de Correo Aéreo de Estados Unidos, el 15 de mayo de 1918, un impresor agobiado de trabajo cometió un error que provocó que cientos de sellos salieran con una reproducción perfecta del primer Curtiss Jenny que voló con el correo, pero con el avión boca abajo. Los funcionarios se las arreglaron para destruirlos todos excepto uno, que cayó en manos de un ávido coleccionista. Hoy, el Jenny Invertido es el sello más valioso de Estados Unidos.Es sólo uno de los muchos ejemplos de cómo la escasez y la rareza determina el valor de estos activos no financieros, en algunos casos piezas históricas que alcanzan precios desorbitados en el mercado. Hasta un millón de dólares se pagó en 1996 por el 3 Skilling amarillo. En España, hay quien valora hasta en 240.500 euros el sello más carismático de la filatelia española, un Dos Reales azul de Isabel II.Aunque son casos emblemáticos, reflejan muy bien las características de este tipo de activos no financieros que suscitan, cada vez más, el interés de los coleccionistas. Pero no sólo. Las fuertes revalorizaciones ofrecidas en los últimos años (una media del 10% anual, según los expertos) permiten al inversor que mantenga la cabeza fría obtener notables revalorizaciones si destina parte de su patrimonio a este tipo inversiones, muy recomendables para diversificar la cartera, según los expertos. Muchos entran en estos mercados cautivados la rentabilidad, acaban enganchados y mueren sin haber realizado sus inversiones.Otros entran cautivados por el placer del coleccionismo y a la larga se dan cuenta de que han conseguido hacer fortuna. En filatelia y numismática se dice que los abuelos coleccionan, los hijos heredan y los nietos venden. 'Hemos tenido muchos casos de gente que viene con sus colecciones para conocer su valor y no tiene ni idea del tesoro que tiene en casa', cuenta Vicente Martín Peña, director general de sistemas de inversión de Afinsa, un holding empresarial especializado en el mercado de los bienes tangibles.Pero no vale cualquier compra. 'Dejarse aconsejar por expertos, no tener prisa, planificar las colecciones con criterio y diversificar por países y temáticas son mis recomendaciones', asegura el especialista. Afinsa tiene una cartera de 150.000 clientes 'y no más allá del 10% está movido por cuestiones emocionales, para la mayoría es una inversión y espera que le genere un buen rendimiento'.Otra de las sociedades especializadas, Fórum Filatélico, destaca 'la seguridad, la liquidez y la segura rentabilidad de estos activos' e incluso cuenta con planes de inversión específicos para sus 170.000 clientes, a los que ofrece una rentabilidad fija según distintos horizontes temporales.La Reina de Inglaterra, Rainiero de Mónaco, Juan Antonio Samaranch, Luis Figo o Kasparov son grandes coleccionistas. Pero el mercado se abre y deja de ser coto reservado de una elite. 'Con 600 euros se puede empezar', dicen los expertos.

Picasso, el genio más cotizado

Pablo Picasso se confirma como el genio más cotizado del mercado del arte, tanto por el número de piezas vendidas como por su precio. Ocho cuadros suyos se adjudicaron el lunes en una subasta de Christie's por 13,4 millones de euros. En Arco se expone estos días Guitarre et partition, valorado en 11 millones. En 2004 se vendió Garçon a la pipe por casi 70 millones de euros, la puja más alta de la historia del arte. En lo que se refiere al panorama actual, la lista es interminable y conviene recordar que la pintura no es el único formato. Fotografía o videoarte son disciplinas en auge. Entre los nombres actuales, José María Sicilia, Juan Genovés, Santiago Sierra, Susana Solano o Juan Muñoz.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS: Para conocer el mercado

P ¿Dónde reside el valor y cómo se genera el precio en una obra de arte?R Intervienen muchos agentes. No sólo cuenta el artista, sino el momento de su ciclo artístico y su peso en la escena internacional. Su currículo, su presencia en galerías de prestigio, las exposiciones realizadas, los museos que tengan su obra, la crítica, las preferencias de los grandes coleccionistas, etc. 'Hay todo un sistema establecido y el conjunto de relaciones entre todos esos agentes es lo que genera el valor de una obra', explica Juan Botella, asesor de arte en Banco Madrid.P ¿Cuáles son los circuitos de entrada al mercado?R Todo depende del nivel de conocimiento del interesado. Si no es muy alto, conviene ir siempre de la mano de un profesional. Algunos bancos privados y de inversión están ofreciendo servicios de asesoramiento en arte como parte de la gestión integral de las carteras de sus clientes. Incluso algunos, como Banif, organizan subastas privadas. En todo caso, las casas de subastas son un componente esencial del mercado. Las más importantes son Christie's y Sotheby's. Las ventas en el sector primario, en galerías y ferias (como Arco), también tienen un peso específico creciente y están sirviendo para ensanchar el mercado.P ¿Cuál es el perfil del inversor?R Está en torno a los 40 años, emprendedores que han comenzado a ganar dinero pronto. Son más sofisticados que los de épocas anteriores, cuando se compraban cuadros indiscriminadamente, y suelen invertir por interés artístico.P ¿Cuáles son los riesgos de esta inversión?R Los especialistas reconocen que es una inversión arriesgada si no se conocen las reglas del mercado. El mercado del arte es volátil y 'la información antigua no garantiza el precio futuro de la obra. Se requiere un conocimiento en profundidad por parte del comprador para evitar errores costosos', explica Mary Hoeveler, de Citigroup. Además, las transacciones tienen un alto coste. En las subastas pueden alcanzar el 25% del total de la obra. Esto, junto con los seguros, almacenajes, envíos, conservación o la instalación, no están reflejados en la información de la inversión. Además, son necesarios al menos tres o cuatro meses para vender un objeto en una subasta. No son, por tanto, activos tan líquidos como los financieros.

Algunas de las piezas más caras del mundo

Los errores se pagan. A la izquierda el 3 Skilling Amarillo, sueco, de 1855. En su primera emisión se produce el celebre error de color y nace el sello europeo más valorado y raro de la historia: fue subastado en 1996 por un millón de dólares. Arriba el Dos Reales Azul, de 1851, el sello más raro de España, otro error lo convirtió en azul en vez de ser bermellón. Sólo se conocen dos piezas sueltas. Abajo, el Jenny Invertido, por error, el avión vuela cabeza abajo y hoy es el sello más valioso de Estados Unidos.

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