El paro disminuye tras dos años de aumento
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2004 el paro descendió en media anual el 2,5%, en contraste con los aumentos de los dos años anteriores, 11,4% en 2002 y 2,1% en 2003. Además, la evolución del paro, a lo largo de 2004 ha ido mejorando progresivamente, hasta alcanzar una disminución interanual en el cuarto trimestre de 5,6%, más del doble que la citada media anual.
La positiva evolución del paro estimado por la EPA en 2004 se confirma también, aunque no de una forma tan acusada, con los datos mensuales del paro registrado en las oficinas públicas de empleo. Según éstos, el paro, que venía aumentando en términos interanuales desde octubre de 2001, comenzó a disminuir en el mismo mes de 2004, situándose la tasa de variación en el cuarto trimestre en el -1,5%.
La tasa de paro (porcentaje de parados respecto a la población activa) asciende el cuarto trimestre a 10,4% (10,8% en media de 2004), ocho décimas menos que un año antes y la cifra más baja desde el cuarto trimestre de 2001.
A los efectos de comparaciones con periodos anteriores, conviene recordar que en el primer trimestre de 2002 se produjo un cambio en la definición del paro, que afectó notablemente a su medición y cuya incidencia sólo se cuantificó para el año precedente (reduciendo la tasa de paro de 2001 en casi 2,5 puntos porcentuales, del 12,9% al 10,5%). Por eso las cifras actuales no son homogéneas con las de los años anteriores a 2001.
El comportamiento positivo del paro en 2004 es reflejo de un aumento del empleo (2,5%) más intenso que el de la población activa (2%), variable esta última que se ha desacelerado en los dos últimos años, a pesar del fuerte incremento de la población extranjera que se ha producido en esos años. Como ya se ha señalado en Cinco Días -de 10 de enero de 2004-, existen distintas razones por las que la EPA infravalora claramente el fenómeno inmigratorio y su incidencia en la población activa y otras magnitudes relacionadas con el mercado de trabajo.
A pesar de la moderación de la evolución de la población activa, como consecuencia del débil crecimiento de la población en edad de trabajar (de 16 y más años), entre el 0,6% y el 0,8% en los últimos años, la tasa de actividad (porcentaje de activos sobre la población en edad de trabajar) ha seguido creciendo, como en años precedentes, hasta situarse en el último trimestre de 2004 en el 56,1%, siete décimas porcentuales más que un año antes.
En cuanto al empleo, aunque éste se desaceleró en 2004, al crecer el 2,5%, dos décimas menos que en 2003, su comportamiento a lo largo del año fue muy diferente. Así, mientras que en 2003 se acentuó el ritmo de crecimiento interanual del primer al cuarto trimestre, en 2004 se amortiguó dicho ritmo de crecimiento en los dos primeros trimestres y se acentuó en el tercero y cuarto, trimestre éste último en el que la tasa de variación interanual, el 2,7%, fue la más elevada del año.
Diferenciando la población ocupada por su situación profesional, en el conjunto de 2004 el aumento de los asalariados (2,6%), es ligeramente superior al de los trabajadores por cuenta propia, dentro de los cuáles es destacable el mantenimiento de tasas de variación positivas de los empleadores y el incremento, después de dos años de descensos del empleo, de los autónomos. La tasa de asalarización (porcentaje de la población ocupada que es asalariada) se mantuvo en el mismo 81,5% de 2003.
Desde el punto de vista sectorial, destacan los crecimientos en 2004, cercanos al 4% en media anual, del empleo en la construcción y los servicios (el primero a la misma tasa que en 2003 y el segundo con una tasa ligeramente inferior a la de ese año) y la paulatina mejora del empleo industrial que, después de continuos descensos interanuales desde el segundo trimestre de 2003, alcanzó en el cuarto trimestre de 2004 una variación positiva del 1,6%.
En cuanto a los distintos tipos de contrato, el porcentaje del empleo a tiempo parcial, tras varios años de estancamiento, mostró un ligero repunte, al aumentar del 8% en 2003 al 8,5% en 2004, mientras que, en cambio, la tasa de temporalidad (porcentaje de la población ocupada con contratos temporales) mantuvo en 2004 la misma cifra que en 2003, el 30,6%. Este elevado valor, el mayor de la UE, es, junto con la todavía alta tasa de paro, el aspecto probablemente más negativo del mercado de trabajo español.