Carencias en el modelo español
La economía española sigue tirando con fuerza, pero el modelo en el que se asienta el crecimiento de los últimos años adolece de fallos de base que hay que mejorar urgentemente. æpermil;ste es, aproximadamente, el resumen del mensaje que transmitió el comisario europeo de Asuntos Económicos de la UE, Joaquín Almunia, durante su intervención ayer en el Foro Cinco Días.
El comisario elogió la política de equilibrio fiscal mantenida por los Gobiernos españoles de los últimos 10 años, pero fue crítico hacia el fuerte endeudamiento en que se sostiene el consumo y la demanda inmobiliaria por parte de las familias. 'El boom de la vivienda no va a ser eterno', advirtió Almunia, al tiempo que enfatizó la necesidad urgente de una reforma laboral integral.
En la misma línea que la Comisión Europea, el comisario ha vuelto a recordar que el crecimiento económico es muy importante, pero que no puede durar sin mejorar la productividad y la competitividad del trabajo y sus productos. Desde este punto de vista se impone un cambio en el sistema laboral que privilegie la formación continua y eleve la cualificación de la mano de obra. Los contratos temporales son, en este sentido, incompatibles con una tarea permanente como la señalada.
Si se tiene en cuenta que la inflación española ha crecido, al menos en el último lustro, casi un punto porcentual más que la media de la zona euro, es indudable que la competitividad va mermando año tras año. Este resultado mina incluso el leve diferencial de crecimiento de España respecto de los países vecinos en los últimos ejercicios.
El mensaje de Almunia es muy claro: el modelo de desarrollo español adolece de acusadas carencias. La inversión en investigación y desarrollo, en la que España va a la cola de Europa, debe aumentar para permitir un salto histórico en sectores de punta que exige, al mismo tiempo, cualificar la mano de obra y el sistema laboral.