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Columna
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El BCE: inflación versus crecimiento

José Carlos Díez

Hoy se reúne el Consejo de Gobierno del BCE y nadie duda que la autoridad monetaria mantendrá los tipos de interés en el 2%. En anteriores reuniones hemos comentado que el interés no estaba en la decisión, sino en el comunicado posterior con el fin de intuir cuándo comenzaría el ciclo alcista de tipos en la eurozona. Los datos de precios que hemos conocido en enero confirman que el impacto de la subida del crudo ha sido mucho menor de lo esperado y que en ausencia de nuevas sorpresas la estabilidad de precios no está amenazada en la zona euro.

Habitualmente, cuando se reúne el Consejo, conocemos el dato de inflación preliminar del mes anterior. Eurostat había anunciado la publicación del dato de enero para el pasado lunes, pero con nocturnidad y alevosía ha retrasado la publicación hasta mañana viernes. En los últimos años se ha acrecentado una disfunción en el funcionamiento de los mercado financieros, ya que los datos económicos europeos apenas influyen en las decisiones de los inversores, que sobreponderan la importancia de los datos estadounidenses a la hora de valorar los activos financieros en euros, en función de sus fundamentales. No obstante, debemos reconocer que Europa continúa muy lejos de EE UU en número y calidad de estadísticas económicas y sobre todo en la seriedad y rigor en la publicación. Sin duda, esto no ayuda a corregir la disfunción comentada, que se mantendrá hasta que los europeos mejoremos la coordinación en la publicación de estadísticas.

No obstante, el viernes pasado conocimos el dato preliminar de España que sorprendió gratamente a la baja, situándose en el 3,1% anual, frente al el 3,3% de diciembre. Los analistas esperábamos un aumento, ya que preveíamos que los precios de las tarifas de transporte incorporasen la subida del combustible en 2004 y presionarían al alza el IPCA. Pero de nuevo, el precio de los alimentos y una campaña de rebajas más agresiva deben haber sido la causa de esta caída. Hasta el próximo 16 de febrero no conoceremos los datos desagregados.

La autoridad monetaria tiene que seguir aumentando su reputación en lo que a control de los precios se refiere

En Alemania la caída de la inflación en enero ha sido mucho más pronunciada. El índice se ha situado en el 1,6%, frente al 2,1% de diciembre. En diciembre el Gobierno alemán incremento el impuesto del tabaco y provocó un fuerte aumento de la tasa interanual, pero en enero el índice no sólo ha corregido ese efecto sino que se ha situado por debajo de la inflación en noviembre, que fue del 1,8%.

Después de los datos de España y Alemania esperamos que el IPCA preliminar de la eurozona también se moderará hasta el 2,2% (2,4% en diciembre). Esta tasa se sitúa muy cerca del objetivo de estabilidad de precios, que es una tasa de inflación no muy por encima del 2%, por lo que el BCE no tiene presión para subir sus tipos.

Por otro lado, los datos de actividad siguen mostrando debilidad en el consumo privado en la eurozona. Alemania y Francia continúan sin generar empleo y la confianza de los consumidores sigue mostrando un encefalograma plano. Por lo tanto, nuestro banco central puede mantener los tipos en el 2% y favorecer las decisiones de consumo de bienes duraderos y de la inversión en la eurozona.

A medio y largo plazo la inflación es un fenómeno puramente monetario y por eso los bancos centrales son independientes para controlar escrupulosamente la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero en circulación. Sin embargo, a corto plazo la política monetaria puede favorecer, o en su caso perjudicar, las decisiones de consumo e inversión que permitan a la economía acercarse a su tasa de crecimiento potencial.

El BCE es un banco central todavía joven y tiene que seguir aumentando su reputación en lo que a control de la inflación se refiere. Por ello tiene que ser muy cuidadoso en sus decisiones de política monetaria. Aunque las perspectivas económicas para el área no son muy optimistas, esperamos que la economía crezca en 2005 un 1,9%, frente al 1,8% que estimamos ha crecido en 2004. Por lo tanto, el BCE puede mantener sus tipos, hasta que el mercado de trabajo y el consumo privado europeo se recuperen. No esperamos que esto suceda antes del último trimestre de este año. Hoy la comparecencia de Jean-Claude Trichet será muy relajada.

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