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Laboral

Los expertos piden una gran reforma laboral para que no se destruya empleo

El mercado laboral español requiere una profunda reforma integral que eleve la productividad y mejore la flexibilidad de las empresas y la seguridad de los trabajadores o de lo contrario habrá 'una destrucción de empleo cada vez mayor'. Así opinan los ocho expertos que desde julio analizaban la situación del mercado de trabajo por encargo del Gobierno.

Seis meses de trabajo les ha costado a ocho expertos en el mercado laboral hacer un diagnóstico conjunto de los problemas del empleo en España, pero ayer finalmente presentaron sus conclusiones a los responsables del Ministerio de Trabajo, Economía e Industria y a la patronal y los sindicatos.

El diagnóstico presentado ayer, que no incluye ninguna propuesta concreta de cambio pese a lo exhaustivo del estudio, será la base de la reforma que Gobierno y agentes sociales deberán iniciar ahora, si bien es cierto que las conclusiones de las 150 páginas del documento hacen una fotografía poco alentadora del mercado laboral.

Es más, la propuesta que se desprende de éste análisis es que es necesaria una gran reforma laboral 'de enfoque global' que mejore la baja tasa de productividad que 'está provocando, a pesar de la moderación salarial de la última década, una pérdida de competitividad' y 'unos desequilibrios que de no corregirse mediante las medidas adecuadas, desembocarán nuevamente en un proceso de destrucción de empleo'.

La baja tasa de ocupación y la elevada temporalidad son los dos problemas principales

Según los expertos, esta baja tasa de crecimiento de la productividad está generada por la propia estructura del mercado de trabajo, 'que provoca que la búsqueda de flexibilidad de las empresas se produzca casi exclusivamente mediante la contratación temporal'. Esto produce una excesiva rotación en el empleo, con la inseguridad que esto conlleva para el trabajador, e impide que las empresas adapten su organización interna al potencial productivo de las nuevas tecnologías, explican los expertos.

De ahí que el informe haya identificado dos grandes problemas en el mercado laboral español: la baja tasa de ocupación y la elevada temporalidad. Dicho esto, los integrantes de esta comisión aseguran que estos problemas 'no podrán ser resueltos mediante reformas parciales'. Por el contrario, los cambios deberán tener en cuenta que todas las posibilidades de las diferentes políticas de empleo respondan 'a las demandas de seguridad y flexibilidad'. Y piden que ésta última no se entienda como 'la simple ausencia de garantías para los trabajadores'.

En cualquier caso, exigen que la reforma de las políticas de empleo se aborde de manera integral, ya que 'en el pasado el principal error en las políticas de empleo ha consistido en focalizar la discusión en aspectos concretos de forma separada (costes de despido, reducción de la temporalidad, tiempo parcial etc.) sin entender que las distintas formas de regular el mercado deben ser coherente entre ellas'. También piden reformas de la educación y la formación, la innovación tecnológica y la reducción de barreras a la competencia.

La solución no es abaratar el despido

El mandato del Gobierno y los agentes sociales a los expertos no era que hicieran propuestas de reforma sino sólo que analizaran los efectos de las reformas laborales desde 1992. Así lo han hecho y sin hacer propuestas concretas no han renunciado a ciertas valoraciones. Entre ellas, los ocho especialistas hacen un llamamiento al empresariado español: 'La definición de flexibilidad no puede limitarse a las facilidades que tienen los empresarios para contratar y despedir a los trabajadores'. En otras palabras la solución no consiste sólo en abaratar la indemnización por despido. En lugar de que los cambios giren en torno a esta cuestión de costes, el informe de los especialistas aboga porque 'la gestión de los recursos humanos comprenda desde el ajuste del tamaño de la fuerza de trabajo, hasta su organización funcional dentro de la empresa, su remuneración o la determinación del tiempo de trabajo'. Con esta recomendación, los expertos dan una de cal, pero acto seguido dan otra de arena al asegurar que 'limitar más la contratación temporal en el plano jurídico sin proporcionar otras vías de flexibilidad externa e interna puede afectar negativamente a la creación de empleo'.

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