Conthe yerra en el caso 'FG Valores'
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) emitió, a las 2.30 de la madrugada del sábado, horas después de que este periódico cerrase su edición de fin de semana, un comunicado que sin duda alguna se puede clasificar entre los más sorprendentes producidos por un regulador independiente en un país con mercados financieros avanzados y un Estado de derecho asentado. En dos folios y medio, el organismo hace recuento de las decisiones que ha tomado a la vista del caso FG Valores -las presuntas irregularidades denunciadas en 1996 por Merrill Lynch tras adquirir esa sociedad, fundada y dirigida por el actual presidente del BBVA, Francisco González-, y expone a continuación sus conclusiones, antes de archivar 'sin más trámite' todo lo actuado.
Un breve resumen constaría de los siguientes elementos:
º 1.-El regulador cree, 'prima facie', según escribe, que de haber delitos o infracciones, seguramente han prescrito. Prima facie es expresión latina que significa 'a primera vista', según el diccionario de Manuel Seco, y describe muy bien el carácter de todo el texto, elaborado después de tres días de una investigación que inicialmente se había fijado un plazo de un mes.
º 2.-Como ha pasado mucho tiempo y los principales actores no recuerdan los hechos, o sólo lo hacen de forma 'fragmentaria e imprecisa', resulta imposible reconstruir lo sucedido.
º 3.-El regulador tampoco sabe si en su día tuvo conocimiento o no de los hechos denunciados, ni de qué sucedió con los documentos relativos al caso, de cuya entrega a la propia CNMV existen fuertes indicios.
º 4.-El organismo se declara impotente para averiguar si alguno de sus funcionarios de entonces, sólo o en conspiración, maniobró para ocultar los documentos comprometedores.
De tener capacidad de sentar jurisprudencia, como algunas sentencias, el comunicado elaborado por el actual equipo de la CNMV, con su presidente Manuel Conthe a la cabeza, no podría más que producir preocupación en los ciudadanos y alarma entre los inversores. Entre la ciudadanía en general, por la renuncia expresa que en el texto se hace a establecer con precisión lo sucedido, por enrevesado que fuese y por tiempo que haya transcurrido. æpermil;sa es precisamente la tarea que asume cualquier comisión de investigación, al margen de las responsabilidades judiciales que se puedan derivar de los hechos investigados.
Pero es a los inversores a quienes se les deben más explicaciones. La CNMV, al reconocer su impotencia para esclarecer lo sucedido y por qué ocurrió, hace dejación de otra responsabilidad fundamental: asegurarse de que no pueda volver a suceder. Porque no hay que olvidar que, según la denuncia original de Merrill Lynch, FG Valores ocultó durante dos años un desfase patrimonial de 'al menos 800 millones' a la CNMV, y por tanto a los inversores y al mercado. æpermil;se es el punto clave que Conthe, con su apresuramiento por cerrar la investigación, parece haber olvidado.