Repensar los convenios
La recomendación de la Comisión Europea sobre la necesidad de reformar los convenios colectivos no es nueva. Pero llega en un momento de ebullición política a propósito de la revisión del salario mínimo interprofesional, que ha generado confrontación entre los agentes sociales y el Gobierno, e incluso discrepancias en el seno del Ejecutivo.
Se trata de una vieja aspiración de las empresas y los gobiernos para evitar la firma de convenios que reproducen condiciones salariales y laborales iguales para todos y que, en el fondo discriminan, a todo el mundo. La reforma es necesaria, pero no de una urgencia apremiante, puesto que ni siquiera Bruselas puede afirmar que las relaciones laborales funcionen en España mucho peor que en el resto de Europa. De llevarse a cabo, debe serlo garantizando la paz social, un activo tan importante para las empresas y la economía en su conjunto como la propia moderación salarial.