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Los alemanes ya pueden cambiar Canarias por un oasis en Berlín

Brand, a 60 kilómetros al sudeste de Berlín, es una pequeña ciudad de provincias donde en invierno el termómetro cae a menudo bajo los 10 grados negativos, pero, paradójicamente, este pueblo tiene playas tropicales donde nunca se pone el sol. Brand alberga desde hace dos semanas un inmenso parque tropical de 75.000 metros cuadrados único en Europa, que ha sido financiado por el inversor británico-malaisio Colin Au. Palmeras, playas de finísima arena y sol artificial para los amantes de los mares del sur que prefieran no tener que coger el avión.

El parque tropical se ha construido en lo que fue el hangar de Cargolifter, la firma alemana que aspiró a revolucionar el transporte de mercancías con la producción de zepelines y que quebró hace tres años. La enorme nave con forma de cúpula, donde nunca se construyó ningún zepelín, se convirtió en símbolo de una de las quiebras más sonadas de la historia empresarial alemana.

Colin Au adquirió el hangar en verano de 2003 a precio de ganga -17,5 millones de euros- y en sólo ocho meses levantó en él su paraíso tropical. La inversión total ha sido de 70 millones de euros, según la empresa. Sin embargo, algunos dudan de la viabilidad del proyecto y temen que Tropical Island, como se llama el parque, corra la misma suerte que Cargolifter.

En Tropical Island el visitante encuentra playas, restaurantes, todo tipo de plantas exóticas, espectáculos musicales y hasta una aldea tropical. La altura de la nave, 107 metros, hace que hasta las enormes palmeras parezcan pequeñas. La temperatura se mantiene siempre sobre los 25 grados centígrados y, como afirma la compañía en su página web, 'nunca llueve', toda una ventaja frente al trópico real.

Disfrutar de este paraíso, que además abre las 24 horas todos los días del año, cuesta unos 15 euros por persona. Los gestores de Tropical Island prevén entre 2,5 y 3 millones de visitantes anuales y confían en su cercanía a ciudades como Berlín y Dresde y a la frontera polaca. Sin embargo, el primer día de apertura, el 19 de diciembre, la decepción fue grande, pues se vendieron sólo 6.000 entradas frente a las 10.000 previstas. Durante las fiestas navideñas el número de visitas ascendió considerablemente, asegura la compañía.

No obstante, muchos políticos regionales han criticado que las previsiones de clientes son excesivas. Es necesario un concepto publicitario y contactos con empresas turísticas para que el proyecto funcione, afirman. Además, hay que tener en cuenta que la cifra de visitantes caerá notablemente en verano.

Otras voces consideran que la nave no garantiza un buen aislamiento del parque y ello dispara el gasto energético. 'Se trata del mayor derrochador de energía del Estado federado de Brandeburgo', ha denunciado el Partido Verde.

Al menos, el parque ha permitido la creación de 500 empleos en una región, Brandeburgo, donde la tasa de paro supera el 20%, casi el doble de la media nacional.

Tropical Island, que cuenta con playas, restaurantes, espectáculos musicales y hasta una aldea, no ha cumplido las expectativas en su inauguración

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