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Columna
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El BCE, con escaso margen

José Carlos Díez

El Consejo de Gobierno del BCE celebra hoy su primera reunión de 2005. Con el convencimiento de los inversores de que mantendrá los tipos oficiales en el 2%, la cuestión sigue siendo cuándo comenzará el ciclo alcista de tipos en la UEM. En esta ocasión, la fuerte depreciación del euro contra el dólar, en las primeras sesiones del año, resta presión a la autoridad monetaria. Aunque Jean-Claude Trichet aprovechará la oportunidad para volver a referirse a las declaraciones del Gobierno estadounidense en favor de un dólar fuerte. Ayer conocimos el dato de balanza comercial de noviembre en EE UU, un nuevo récord histórico de 60.000 millones de dólares. Si la Administración Bush quisiera un dólar fuerte, tomaría medidas para reducir su desequilibrio fiscal. El dólar seguirá débil mientras EE UU no corrija sus desequilibrios.

Respecto al objetivo de estabilidad de precios, en diciembre el IPCA preliminar nos anticipa que la economía europea finalizará 2004 con una inflación del 2,3%. Después de la fuerte subida de los precios del crudo en 2004, sin duda esta tasa de inflación está muy por debajo de las expectativas de analistas e inversores el pasado verano. Es sorprendente comprobar cómo las empresas industriales europeas, después de soportar una reducción de sus márgenes como consecuencia del encarecimiento del petróleo y el resto de materias primas, en los primeros meses en los que los precios de importación en euros se han reducido han trasladado a sus clientes inmediatamente las bajadas. La fuerte competencia internacional de los nuevos países -léase China, India...- es una nueva variable que ha impedido que la economía mundial sufra un escenario de alta inflación, como en crisis energéticas anteriores

No obstante, los riesgos de un nuevo aumento del crudo en 2005 siguen latentes, aunque han disminuido. La demanda mundial se desacelera y esto resta presiones sobre la demanda de crudo y la OPEP ha comenzado a bajar sus cuotas de producción. Sin embargo, la incertidumbre geopolítica se mantiene, especialmente hasta el resultado de las elecciones en Irak. Las previsiones indican que los precios del crudo se mantendrán altos hasta la segunda mitad del año.

Por el lado del crecimiento, a pesar de la apreciación del euro contra el dólar, las exportaciones europeas siguen creciendo aunque a tasas más moderadas. En los dos últimos años, el euro se ha apreciado un 50% contra el dólar, mientras el tipo efectivo real de la divisa europea, ponderado por comercio exterior, solo se ha apreciado un 15%. El peso de EE UU en el comercio exterior de la UEM es sólo del 20%, el mismo que el Reino Unido. En estos dos años la apreciación del euro contra la libra ha sido tan solo del 10%, compensando la apreciación contra el dólar en la variación total del tipo efectivo del euro.

Sin embargo, todos los indicadores de demanda interna siguen mostrando debilidad. Esto retrasa el horizonte de recuperación y disminuye su intensidad. Mientras la inversión en bienes de equipo sigue mejorando, el consumo privado y la inversión en construcción mantienen su atonía. Destaca el caso de Alemania, en el que la construcción sigue en tasas de crecimiento negativas y sus consumidores siguen aumentando su tasa de ahorro, como consecuencia de las pesimistas expectativas sobre su futuro.

En resumen, el BCE se enfrenta a un escenario más benigno por el lado de la inflación, pero menos optimista de crecimiento. Sus previsiones de noviembre daban un rango de crecimiento del PIB en 2005 del 1,4%-2,4%. Estimamos que crecerá el 1,9%.

Con la inflación en niveles próximos al 2% y el precio del crudo estabilizado en niveles de 40 dólares/barril, lejos de los máximos de octubre, la evolución del crecimiento deja escaso margen al BCE para variar su política monetaria. La incertidumbre mantiene alto el riesgo de mayor inflación y una bajada de tipos sería muy imprudente en estos momentos. Una subida, con la situación actual, daría un mensaje de alarma sobre riesgos inflacionistas mayores de lo esperado, incrementando la incertidumbre de los agentes y dañando la recuperación de la economía europea.

El BCE mantiene los tipos en el 2% desde junio de 2003 y nada indica que vaya a subirlos hasta el segundo semestre del año. Los tipos siguen en niveles históricamente bajos y son suficientes para favorecer la recuperación de la economía europea. Los problemas del bajo crecimiento de nuestra economía son mucho más complejos y requieren otro tipo de medidas y políticas. La política monetaria está bien como está.

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