Adiós al monopolio de Renfe
En un acto jurídico prácticamente simultáneo que tendrá lugar el próximo sábado, la Renfe tradicional y el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) procederán a fusionarse en una sola empresa para, de manera inmediata, dar a luz dos nuevas sociedades: Renfe Operadora y el Adif. España dará entonces un paso de gigante hacia la liberalización ferroviaria. Queda pendiente, no obstante, la asignación de activos definitiva entre las dos nuevas empresas.
El último Consejo de Ministros de 2004, adelantado a hoy, tiene una tarea de las que suelen denominarse históricas. Primero aprobará los estatutos de las dos nuevas sociedades que nacerán el primero de año, Renfe Operadora y el Adif (la denominación es provisional). Después procederá a nombrar a los presidentes de las dos nuevas compañías. Aunque ambos resultan ser los mismos primeros ejecutivos de las sociedades que el sábado dejarán de existir, (José Salgueiro, pasa de la antigua a la nueva Renfe y Antonio González Marín cesa en el GIF para presidir el Adif), es imprescindible que se produzcan los nuevos nombramientos por tratarse de entidades jurídicas diferentes.
El 31 de diciembre aparecerán ambas decisiones gubernamentales publicadas en el BOE y, con ello, se habrá iniciado una nueva etapa en la explotación ferroviaria. Se deja atrás el monopolio y, de forma paulatina, debe abrirse una nueva situación de competencia en la que el Estado seguirá teniendo, a través del Adif, la titularidad de las líneas férreas, tanto en alta velocidad como en las convencionales, mientras que la explotación de servicios de tren estará desregulada y la nueva Renfe Operadora deberá convertirse en uno más entre los distintos agentes del mercado, ya sean públicos o privados.
La operación de fusión y segregación es sólo el inicio de algunas actuaciones urgentes que las dos nuevas empresas deben acometer. En el caso de Renfe Operadora es imprescindible que, a partir del sábado, se convoque de inmediato a su consejo de administración con el fin de otorgar poderes al nuevo presidente, José Salgueiro, y a partir de él y de forma piramidal, al resto del cuerpo directivo de la empresa recién constituida. La celebración del consejo y el otorgamiento de poderes es tan urgente para que la nueva Renfe pueda dar sus primeros pasos. La compañía no podrá tener ni siquiera una cuenta corriente a su nombre en tanto no se cumplan estos requisitos. Fuentes conocedoras del proceso han señalado que se intentará que el consejo de administración se celebre antes del día cinco de enero.
Renfe Operadora precisa ser constituida para que sus gestores tengan poderes para decidir
La reunión de los órganos de representación del Adif no son tan urgentes ya que esta entidad pública es la 'heredera universal' de la antigua Renfe y, por tanto, tiene los derechos que corresponden a aquella para poner en marcha su nueva vida empresarial.
Otra actividad prioritaria de las dos nuevas entidades empresariales será la asignación definitiva de los activos que heredarán de la antigua Renfe y del GIF. El próximo sábado tanto la nueva Renfe como el Adif conocerán los nombres y los cargos de los empleados que le han sido asignados. Por el contrario, todavía no se ha entrado a determinar cuales son los activos concretos con los que se quedará cada una de las empresas.
Una operadora obligada a competir
Renfe Operadora, desde el punto de vista estrictamente legal, es una compañía de nueva creación. Pero, con toda probabilidad, ante los ojos de la opinión pública y sobre todo de sus usuarios, no existirá ningún tipo de salto entre el día 31 de diciembre de 2004 y el día dos de enero de 2005; la Renfe, seguirá siendo la Renfe.Pero en la realidad operativa de la nueva sociedad las cosas van a ser radicalmente distintas. Entre los 14.000 trabajadores y los 460 directivos que se incorporan al proyecto se tiene la sensación de que el destino seguro se encontraba en el Adif. Por el contrario optar por Renfe Operadora supone algún riesgo porque la compañía deberá desenvolverse en pugna con otras competidoras.La nueva sociedad hereda todas las unidades operativas de sus antecesoras; los servicios de cercanías, grandes líneas, regionales, alta velocidad, mercancías y talleres.En el marco de la fusión y segregación de empresas ha sido importante la firma ayer de los dos convenios colectivos de los trabajadores de Adif y de Renfe Operadora. Se trata de dos pactos sociales diferentes, pero cuyo contenido, letra por letra, es idéntico.
Adif, el heredero universal
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), es el heredero universal de la antigua Renfe y del GIF. En el complejo proceso administrativo que se sigue en estos días, este nuevo ente empresarial será el que mantendrá la continuidad societaria en relación con las dos anteriores. Renfe Operadora es, en cambio, una empresa de nueva creación.Pero, curiosamente, esta compañía heredera de Renfe no tiene ni siquiera nombre definitivo. Recientemente se especuló con la posibilidad de que se la bautizara como Vialia, pero finalmente se ha desestimado ya que es una marca comercial que, hasta ahora Renfe y en el inmediato futuro el propio Adif, utilizan para comercializar los servicios de las estaciones ferroviarias.A partir del sábado, el Adif será el propietario y el encargado de explotar, mantener y ampliar la red de infraestructuras ferroviarias del Estado español. Para ello hereda de las empresas anteriores unos 14.000 trabajadores, 560 directivos y el patrimonio y las funciones de mantenimiento de las infraestructuras, la circulación, las estaciones y terminales y las telecomunicaciones del actual sistema ferroviario.