A las puertas de la adaptación a las NIIF
La implantación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) para los grupos de empresas cotizados fue la respuesta de la Unión Europea a la percibida conveniencia de homogeneizar las normas contables en los países de la UE. Sin embargo, si bien las NIIF eran la solución más inmediata, su aplicación práctica está planteando una serie de problemas antes incluso de su adopción formal por parte de las empresas:
l Las empresas están percibiendo que las NIIF tienen una cierta falta de rodaje, lo cual puede deberse a que hasta ahora se utilizaban por unas 300 empresas en todo el mundo, y van a pasar a ser utilizadas en 2005 por más de 7.000, si consideramos sólo las empresas de la UE que tendrán que aplicar estas normas. Además, el procedimiento de consultas relacionadas con las NIIF es poco claro, muy lento y es percibido como 'lejano' por parte de los futuros usuarios.
l Mientras que los reguladores de muchos países de la UE han desarrollado a lo largo de los años normativa específica para los problemas contables de los diferentes sectores (financiero, seguros, inmobiliaria, concesiones, energía, telecomunicaciones, etc.), las NIIF tienen muy pocas adaptaciones, lo que dificulta su adopción por parte de muchos sectores.
Las NIIF tienen una filosofía anglosajona, enfocada a proporcionar información relevante para el inversor
l Existe la sensación de que en algunos casos las normas NIIF van por delante de las posibilidades del usuario medio (valoraciones a valor de mercado, medición de la eficiencia de las operaciones de cobertura, realización de tests de deterioro de valor de acuerdo con una metodología no muy utilizada anteriormente en la preparación de estados financieros, etc.).
Gran parte de los problemas tienen que ver con el enfoque de las NIIF, que es diferente al de las normas contables actuales. En general, las normas en vigor en la mayor parte de los países de Europa continental emanan de instituciones dependientes de la Administración, y suelen estar enfocadas a garantizar que los estados financieros se preparan con criterios de prudencia que otorguen mayor protección a los acreedores. Las NIIF tienen una filosofía más anglosajona, y están más enfocadas en proporcionar información relevante para el inversor. En este sentido, las NIIF plantean una mayor rigidez para la activación de gastos, una mayor dificultad para la dotación de provisiones (no se permite provisionar pasivos contingentes), así como determinadas desviaciones del principio de coste histórico, ya que la utilización del valor razonable para algunas partidas de balance es en algunos casos obligatoria y en otros casos voluntaria. Asimismo, las NIIF plantean mayores requerimientos de información en las notas de los estados financieros. Como consecuencia, los resultados de las empresas previsiblemente presentarán una volatilidad mayor, mientras que los fondos propios deberían tender a acercarse al valor de mercado de las empresas.
Basándonos en nuestra experiencia en proyectos de adaptación a las NIIF, las empresas españolas perciben ventajas e inconvenientes.
Principales ventajas
l La implantación de las NIIF es un cambio bien recibido por los analistas, ya que mejora la comparabilidad entre empresas de distintos sectores o países y la transparencia, al requerir mayor desglose de información que la normativa contable actual. Desde el punto de vista macroeconómico, la homogeneización contable debería, al menos teóricamente, provocar una disminución del coste de capital para las empresas, así como facilitar las operaciones de concentración internacionales. La implantación de las NIIF no exige un plan de cuentas nuevo, ni a priori deberían producirse impactos fiscales de tesorería (sólo impactos contables). Excepto en aquellas empresas para las que la aplicación de las NIIF conlleva un cambio en los criterios de reconocimiento de ingresos y gastos, en general las implicaciones en los sistemas de información son limitadas y relativamente poco costosas.
Principales inconvenientes
l Existen muchos factores, como la gran cantidad de alternativas que tienen las NIIF, que mitigan el efecto positivo de la pretendida mayor comparabilidad. Adicionalmente, la norma de primera aplicación (IFRS 1) da una especie de 'amnistía general' a la aplicación retroactiva de las NIIF en determinados aspectos (fusiones y adquisiciones, revalorización del inmovilizado material, diferencias de conversión, operaciones de cobertura, etc.), lo que tampoco favorece la comparabilidad. Las NIIF están en un proceso de cambio que puede crear cierta 'inseguridad jurídica'. Hay sectores como la banca o el sector concesional para los que todavía no se han definido específicamente las normas a aplicar. Asimismo, hay un proyecto de armonización de las NIIF con los US GAAP que a medio plazo va a provocar cambios adicionales. La valoración de instrumentos financieros a valor de mercado, la necesidad de un mayor esfuerzo de documentación de las operaciones de cobertura y la realización periódica de los tests de deterioro de valor suponen un aumento de la complejidad en la preparación de los estados financieros.
l En los grandes grupos con un número significativo de sociedades filiales que deben seguir aplicando la normativa contable española en sus cuentas individuales la coexistencia va a provocar problemas y una dualidad en la información interna.
A modo de conclusión, se avecina un ejercicio interesante para los grupos de empresas cotizados. Puede decirse que la aplicación de las NIIF va a suponer una dura prueba para los departamentos de administración y finanzas de las empresas, sus auditores y los supervisores, que deberán colaborar para conseguir que la transición a las NIIF sea un éxito, se aprovechen todas las ventajas derivadas de la aplicación de las nuevas normas y se minimicen sus posibles inconvenientes.