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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

2005, año de consolidación

El próximo año será moderadamente alcista en los mercados bursátiles y estará determinado por factores como cierta desaceleración del crecimiento económico, unos tipos de interés al alza y una buena salud financiera de las empresas. æpermil;sta es la opinión más extendida entre los analistas consultados por este diario para analizar el nuevo ejercicio. El impacto del alza de precios energéticos por el petróleo y la debilidad del dólar se presentan como grandes amenazas para la economía, pero son circunstancias que ya se han sufrido en 2004 sin que el crecimiento se haya resentido tanto como se temía. Así las cosas, la renta variable sigue siendo la opción inversora más atractiva, una vez que la renta fija se muestra muy vulnerable ante la subida de tipos de interés y el mercado de vivienda ofrece demasiadas incertidumbres en España tras varios años de subidas desbocadas.

La Bolsa española ha sido en 2004 una de las más alcistas de Europa, pero esta circunstancia podría no repetirse en 2005. Los analistas consultados apuestan por un nivel del Ibex dentro de un año por encima de los 9.600, lo que supondría una subida del 6% respecto a los precios actuales. Las ganancias no serán generales, avisan los expertos, sino que habrá que seleccionar valores sólidos, con elevado dividendo y fuerte generación de caja. Las casas de Bolsa recomiendan estrategias conservadoras en 2005 y aprovechar las fluctuaciones del mercado. La situación financiera de las compañías es favorable, concluido el duro saneamiento de balances iniciado en 2001, aunque eso también implica que el margen de mejora es ya limitado. Los beneficios de las compañías del Ibex subirán en torno al 17% en 2005, según el consenso del mercado.

La renta variable debe dar más alegrías al inversor que la fija, que tendrá que encajar la subida de tipos de interés. La previsión del mercado es que el precio del dinero se encarezca en Estados Unidos, hasta un 3,5 o 4%, y más moderadamente en Europa, donde pasaría del 2% actual a un 2,5%. Esta divergencia respondería a una economía más vigorosa en EE UU que en el Viejo Continente, donde flota un ambiente de gran cautela y, en algún caso como el alemán, de claro estancamiento. En todo caso, el ciclo económico global -y el de los resultados empresariales- podría haber pasado ya su mejor momento, según algunos expertos. En el caso español, se observa con atención lo que pueda ocurrir en el mercado de vivienda y en la actividad constructora en general, que ha sido en los últimos años motor de la expansión, y quizás esté agotado.

Este contexto no da para euforias, pero tampoco es desfavorable para los mercados. Consolidar las alzas acumuladas en 2004 ya sería una buena señal en los primeros meses de 2005, e incluso algunos operadores verían con buenos ojos una corrección para recuperar fuerzas. Los índices están recuperando los precios del verano de 2001, previos al shock del 11-S, aunque se encuentran lejos de los máximos del año 2000. La clave estará entonces en acertar en la elección de activos y valores según el riesgo que cada inversor sea capaz de soportar. La Bolsa y la economía han demostrado una gran resistencia ante circunstancias tan negativas como la guerra en Irak o el terrorismo. La tendencia de fondo sigue siendo positiva.

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