Diez años de creciente bonanza
Más ricos y más longevos, pero deficientes todavía en formación. El informe España en la UE de los 25, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pone de relieve los significativos avances registrados en este país durante los últimos años en variables como el crecimiento económico, la generación de empleo o la esperanza de vida. El documento resalta, sin embargo, el déficit persistente en el apartado de educación e investigación y desarrollo.
La economía española anotará en 2004 el décimo año consecutivo con crecimiento superior a la media de la Unión Europea. Una dinámica que ha permitido elevar el PIB per cápita desde el 79% en 1991 hasta el 95% en 2003. Si excluimos a los nuevos socios de la UE, España se sitúa con un 85% de la media, con lo cual la mejora es destacable incluso sin el efecto estadístico provocado por la ampliación.
España figura, además, en una situación privilegiada en materia presupuestaria, al ser uno de los ocho países de la UE ampliada que goza de superávit fiscal. Y ocupa el quinto lugar en formación bruta de capital fijo, con un volumen de inversión privada del 22,1% del PIB. Excluyendo los nuevos socios, se coloca primera.
En materia de indicadores sociales, España presenta la mayor tasa de longevidad femenina de la UE y la segunda en la población masculina; figura tercera en menor mortalidad infantil y en médicos por cada 100.000 habitantes. Además, la llegada masiva de inmigrantes ha permitido compensar parcialmente la baja tasa de natalidad y está contribuyendo a alimentar las arcas de la Seguridad Social.
La principal asignatura pendiente de la economía española sigue siendo el déficit en formación y todas sus derivadas: menos jóvenes graduados en secundaria que la media de la UE, menor inversión en I+D, menor número de patentes... Una desventaja que sólo puede corregirse a medio plazo y que debe afrontarse con determinación, y cuanto antes, si no queremos perder el terreno recorrido en los últimos años.