La riqueza de los españoles
La renta neta disponible por habitante llegó en España a los 15.311 euros en el año 2003, según los datos actualizados de la contabilidad nacional entregados a Bruselas la semana pasada. Tras registrar avances nominales de en torno al 6% anual desde el final de la crisis de principios de los noventa, los españoles han alcanzado unos estándares de riqueza muy cercanos a la media de la Unión Europea, tal como reconoce la oficina de estadística europea. Y ello hará que pronto dejemos de estar entre los principales perceptores de fondos europeos para pasar a convertirnos en contribuyentes netos de la UE. Sin embargo, en 2003 se ha registrado un incremento de la renta per cápita inferior al 5%, el menor en los últimos ocho años, que indica claramente que hay señales de agotamiento en el avance de la riqueza generada.
Se trata, en cualquier caso, de datos por depurar. Las herramientas estadísticas adolecen a menudo de imperfecciones que deben ser corregidas cada cierto tiempo para ofrecer la imagen más fiel posible de la riqueza nacional y su reparto por habitante y territorial. La determinación del PIB español acumula una serie de desfases que serán corregidos al terminar el ejercicio 2004, con un cambio de base contable incluido, aflorando un volumen de producto nada despreciable.
Además, la segunda variable para determinar la riqueza generada y disponible por habitante, la población, sigue en cuarentena hasta que culmine el nuevo proceso de regularización de inmigrantes aprobado por la Administración y pueda depurarse, al menos en parte, la economía ahora irregular.
Es una magnitud económica de tanta trascendencia como la riqueza generada por persona, hay que perfeccionar al máximo la cuantificación de la producción real y de la población que efectivamente tiene ahora España. Sólo así podrán ser realmente efectivas las políticas encaminadas a impulsar el crecimiento y corregir las desigualdades.