La productividad crea empleo a largo plazo, según la OIT
Los aumentos de productividad pueden destruir empleo a corto plazo, pero a la larga generan riqueza y nuevos puestos de trabajo en el conjunto de la economía. æpermil;sta es una de las conclusiones de un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el que se asegura que la mejora de la eficiencia productiva es la mejor receta contra la pobreza.
El Informe sobre el Empleo en el Mundo 2004-2005, publicado ayer, analiza los vínculos existentes entre empleo, productividad y reducción de la pobreza. En términos microeconómicos, las ganancias de productividad benefician a las empresas (al mejorar la competitividad de sus productos vía precios) y a los trabajadores (en forma de mayores ingresos y jornadas más cortas).
A nivel macroeconómico, el mayor consumo generado por unos precios más bajos o unos salarios más altos llevará a un aumento global de la demanda. La consecuencia de ello será, siempre según el informe, el crecimiento del empleo total en la economía. Un estudio de la Reserva Federal de San Francisco citado por la OIT demuestra que, en Estados Unidos, existe una relación inversa entre los aumento de productividad y la tasa de desempleo.
Pese a los beneficios macroeconómicos globales, la OIT reconoce que las mejoras de la productividad pueden reducir el empleo en el sector en el que se producen, al requerirse menos mano de obra para la misma producción. Además, pueden darse aumentos de productividad que no se compensen con mayores salarios. Para limitar estos 'costes de ajuste a corto plazo', la OIT sugiere una mayor planificación institucional por el lado de la oferta laboral, y unas políticas macroeconómicas adecuadas (gastos anticíclicos y ajustes monetarios).
Una adecuada renovación de las instituciones del mercado de trabajo llevaría, según el informe, a que los trabajadores estén más preparados para los cambios estructurales de la globalización. 'Se debe así priorizar la preparación de la oferta de mano de obra en los sectores más dinámicos, con un número de empleos creciente', señala el informe, destacando la importancia del sector servicios, que proporciona puestos de trabajo a diversos niveles de capacitación. Aunque tradicionalmente se observe como una etapa económica a superar, también debe enfatizarse la agricultura, un sector que emplea al 40% de los trabajadores en los países en desarrollo y supone más del 20% de su producto interior bruto.
La base de la reducción de la pobreza
2800 millones de personas en todo el mundo tenían empleo en 2003. Sin embargo, la mitad de ellos vive con menos de dos dólares por día, y 550 millones se cuentan entre la pobreza extrema, al sobrevivir con menos de un dólar. Estas cifras hacen pensar en bajos niveles de empleo, pero el informe de la OIT refleja que un porcentaje significativo de la población pobre trabaja: en todo el mundo hay 186 millones de desempleados, poco más del 6% de la población activa. Así, el motivo principal de la pobreza en el mundo no es la falta de actividad económica, sino el carácter poco productivo de las ocupaciones, que lleva, según la OIT, a los salarios comentados. Colmar la brecha de productividad entre países a escala global es, según los autores, el mecanismo principal para luchar contra la pobreza.