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UE

La negociación presupuestaria amenaza con retrasarse

La negociación de los ministros de Economía de la UE sobre los futuros presupuestos comunitarios se enconó ayer hasta extremos que ponen en peligro el acuerdo previsto para junio de 2005. España, cada vez más aislada, resultaría perjudicada con ese retraso.

El balance del vicepresidente Pedro Solbes al término del Consejo de Ministros de Economía de la UE celebrado ayer en Bruselas no dejaba dudas sobre los escasos avances en la negociación presupuestaria. 'Yo no me atrevería a decir cuándo se puede llegar al final'.

El Consejo Europeo había fijado junio de 2005 como límite para pactar los presupuestos que financiarán la actividad comunitaria entre 2007 y 2013.

Pero los principales contribuyentes dejaron ayer claro, por medio del ministro holandés, Gerrit Zalm, que afrontan con calma el regateo. 'Los países que reciben más dinero del que ponen tienen prisa', señaló el actual presidente del Consejo en alusión directa a Solbes. 'Saben que si el acuerdo se retrasa, se ejecutará menos gasto el primer año 2007 y recibirán menos dinero', remató Zalm la andanada contra España.

Alemania presidirá la UE a final de 2006 y será beligerante a favor de la austeridad

El retraso pretende salvar los procesos de apoyo a la Constitución

El retraso permitiría también dejar atrás el nutrido calendario electoral de 2005. En particular, los referéndum sobre la Constitución y las probables elecciones en el Reino Unido. La supresión del llamado cheque británico (una compensación anual de Bruselas a Londres que en 2003 ascendió a 280 millones de euros) se perfila precisamente como uno de las principales obstáculos para el acuerdo presupuestario.

Fuentes diplomáticas indican que 'el grupo de los Seis partidarios de contener el gasto Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Suecia y Austria quiere generar una suerte de angustia presupuestaria'. 'Saben que, en teoría, el acuerdo puede cerrarse el 31 de diciembre de 2006', añaden esas fuentes.

Berlín ya ha permutado su presidencia con Helsinki (segundo semestre de 2006 por el primero de 2007) para poder mantener una actitud beligerante en la recta final de la negociación.

En marzo de 2000, cuando se cerraron los presupuestos hasta 2006, el canciller Gerhard Schröder ocupaba la presidencia de la UE, neutralidad que jugó a favor de las demandas del gobierno de José María Aznar. España logró 56.297 millones de euros en fondos estructurales para seis años.

Ahora España necesita apoyos para defender la política de cohesión, pero la particularidad de sus intereses (garantizarse una pérdida paulatina de los fondos) complica la relación con los potenciales aliados del Este.

Madrid acaba de maniobrar para que las conclusiones del Consejo Europeo de diciembre no hagan ninguna referencia concreta a los nuevos Estados miembros como principales destinatarios de la política de cohesión. Tres de esos nuevos socios (Chipre, Malta y Estonia) se han pasado ya al bando de la austeridad presupuestaria.

Bruselas revisa ahora el déficit de Italia

Los ministros de Economía de la UE entonaban ayer un mea culpa colectivo (en nombre, también, de Eurostat, la Comisión Europa y el BCE) por el descalabro contable que les pasó inadvertido en Grecia. Pero nada más reconocer que el déficit público griego ha superado ininterrumpidamente desde 1997 el límite del 3% previsto en el Pacto de Estabilidad emergía un caso similar en Italia.Bruselas ha descubierto que la lenta reducción de la deuda pública en Italia (106,2% en 2003) indica un desajuste contable 'cuya magnitud ha alcanzado niveles que difícilmente pueden justificarse como meras discrepancias estadísticas'.El desfase podría añadir, según un informe interno de la Comisión, una media de tres décimas anuales al déficit público italiano a partir de 1999. El déficit público italiano se encuentra ya al borde (2,9%) de límite previsto en el Pacto de Estabilidad, y según las previsiones de la Comisión llegará al 3% este año y el próximo. Una mínima corrección estadística al alza desencadenaría un procedimiento disciplinario contra Italia. Roma ha creado un grupo de trabajo para intentar despejar las dudas de la CE. La incoherencia entre la evolución de deuda y déficit parece indicar que el Estado italiano se ha endeudado muy por encima de las cifras comunicadas a Bruselas.

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